Siete Tipos De Reposo Sabático Para Nuestra Cultura ModernaSample

Reposo Social

En las Escrituras se habla repetidamente de que Jesús se apartaba para estar solo con el Padre. Jesús se reanimaba al pasar tiempo a solas con el Padre, escuchando Su voz y teniendo comunión con Él. Si Él necesitaba este tipo de reposo, entonces seguro que nosotros también. Pasar tiempo a solas con el Padre es una de las prácticas más renovadoras que experimentamos cuando le hemos conocido a Él y al gozo de la comunión con Él. Perdernos en Él por largas horas es el gozo más grande que se pueda tener además de refrescarnos en muchas maneras.

Él tiene secretos y expresiones de bondad que solamente se reciben estando con Él. Jamás ninguna otra persona podrá llenar el lugar en nuestras vidas que le pertenece al Señor. Fuimos creados para tener una comunión perfecta con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. A veces resulta difícil permanecer en este lugar cuando estamos pasando por diferentes etapas. Esto es cuando llegamos a agotarnos y cuando a veces sentimos que el Señor está distante, e incluso en silencio. La verdad es esta: Él siempre está anhelando esa relación con nosotros para que podamos experimentar este tipo de comunión vivificadora con Él. Para esto es que fuimos creados.

Estar a solas con Él nos recuerda quiénes somos y nos despierta a la vida para la que siempre fuimos creados. Somos seres eternos y nuestra vida está escondida en Cristo. Estamos de paso por esta Tierra. El tiempo a solas con Él nos ayuda a recordar que la vida que Él siempre tuvo en mente para nosotros es mucho mejor que cualquier vida que podamos soñar para nosotros en este lugar. Estar conectado con el Padre le permitió a Jesús cumplir Su propósito aquí en la tierra y mantenerse firme a Su causa. El tiempo a solas con el Señor nos pone en sintonía con quienes somos para que así podamos cumplir el propósito que tenemos en la tierra. No hay nada más vivificador que cumplir con aquello para lo cual fuimos creados.

Oración: Jesús, Gracias porque siempre me estás buscando y gracias por haberme creado para tener comunión contigo. Ayúdame a recordar que tengo que cultivar mi relación contigo para que así pueda ser vivificado y recordar quién soy. Gracias por estar cercano y por anhelar la comunión conmigo tanto como yo la anhelo contigo. Estoy agradecido porque tu presencia me vivifica y por haberme creado para un gran propósito.

Escritura: Marcos 6:31-32; Marcos 1:35; Juan 17:21