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"Un corazón que anhela"

Vivimos rodeados de un mundo que grita estándares vacíos: apariencia, éxito, aprobación. Sin embargo, hay un llamado más profundo y radical: dejar que Dios te forme según Su propósito, no el del mundo. Rendirse a Su manera requiere valentía, porque significa soltar lo superficial para abrazar lo eterno.
Un corazón que anhela a Dios no se forma de la noche a la mañana. Es como una semilla que necesita tiempo, cuidado y poda. Jesús habló de esto cuando dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame" (Lucas 9:23). Él no busca corazones perfectos, sino dispuestos. Rendirse no significa perder, sino permitir que Él haga algo eterno en ti.
Permitir que el Creador te moldee es como entregarle un bloque de mármol a un maestro escultor: renuncias a lo que eres para convertirte en una obra maestra. Aunque el proceso puede ser desafiante, el resultado siempre supera cualquier sueño que pudieras imaginar.

Frase para compartir:
"En las manos de Dios, un corazón entregado deja de latir solo por sí mismo y comienza a latir por la eternidad".

Acción: Tómate un tiempo para evaluar una decisión reciente o un área de tu vida donde estás luchando por tener el control. Ora y pídele a Dios que te ayude a rendírselo y caminar en Su camino.

Oración:
Señor, hoy rindo mi corazón ante Ti. Anhelo caminar en Tu verdad, vivir para Tu propósito y ser transformado a Tu manera. Haz de mí un reflejo de Tu amor y Tu gloria. Amén.