VINE A ADORAR (Parte 1)Sample
LA RELIGIOSIDAD MATA EL AVIVAMIENTO
Adorar religiosamente puede llegar a ser algo muy natural en nuestras vidas, casi un ritual. Estoy segura que muchos de nosotros hemos llegado a caer en una rutina sin darnos cuenta, también a decir palabras repetidas sin sentir realmente la pasión por adorar. No hay nada más poderoso que una adoración extravagante, sin reservas, sin fingimiento, llena de vida y de tanta pasión que nos queme por dentro. Aquí no hay espacio para la religiosidad ni para palabras rebuscadas. No hay espacio para intentar “quedar bien” delante de Dios. Si aún no has experimentado este tipo de adoración, te invito a que persigas no menos que esto en tu vida íntima con el Espíritu Santo. El avivamiento está por derramarse sobre nuestros tiempos con Dios.
Esos momentos de calidad dependen de nuestro arrepentimiento.
Somos capaces de dar un grado mucho mayor de entrega, pero el pecado nos impide la entrada al trono de la gracia, nos impide conectarnos, pero el arrepentimiento nos lleva a clamar a la sangre de Cristo la cual nos da acceso a la presencia de Dios. Cuando nos arrepentimos de corazón, inmediatamente el temor santo de Dios nos provocará caer postrados en adoración. Identifica cuáles pecados te impiden entrar en una comunión perfecta con Dios. Pudiera ser la religiosidad, la falta de fe, la falta de compromiso en llevar una vida de santidad, el fingimiento, la murmuración, la queja y muchas cosas más que estoy segura que tú sabes cuáles son. Preparemos nuestras lámparas con el aceite de la adoración, para que estemos listos esperando a Cristo. No caigamos en la religiosidad que apaga el fuego del avivamiento. Seamos genuinos siempre, y como niños en Su dulce presencia.
Scripture
About this Plan
Una verdadera adoración tiene como base dos ingredientes claves: el conocimiento y el amor no fingido. Persigamos esos tiempos de intimidad llenos del fuego del avivamiento dejando a un lado la religiosidad y las apariencias.
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