Perspectiva De La NavidadSample

¡Jesús ha nacido!

También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la Ciudad de David, para inscribirse junto con María, que estaba comprometida para casarse con él. Ella se encontraba embarazada y mientras estaban allí se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.

Hemos oído estas palabras más veces de las que podemos contar, al punto que se nos escapan de la boca, y podemos pasar por alto la gravedad de esa escena. Así pues, demos un paso atrás y consideremos realmente lo que ocurrió en la venida del Hijo de Dios a la tierra.

Jesús está sentado en el cielo y a la derecha de Dios Todopoderoso. Legiones de ángeles le rinden culto y adoración constante. Todo el poder y la gloria le son dados por Su Padre. Jesús, también llamado «el Verbo», siempre ha existido, pues Juan 1:1-2 afirma: «En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio».Entonces llega el tan esperado momento de la transición. «Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:14). Jesús dejó su exultante lugar en el cielo para nacer en un mancillado y ruin establo, y ser colocado en un comedero de animales ante unos humanos que lo veían asombrados.

Jesús se despojó de su divinidad para asumir la misión de su Padre: fue una sumisión amorosa.

Reflexión sobre la perspectiva

¿Recuerdas haberte sometido a una misión específica a la que sentiste que Dios te llamaba? ¿Qué ha pasado? ¿Qué se siente?