La Purificación Para Una Vida De Intimidad Con DiosSample
El otro caso es el del rey Joacim. Esto ocurrió antes de que Babilonia tomara a Judá en cautiverio. Frente a una crisis o emergencia nacional a menudo se convocaba a un día de ayuno nacional. La gente se abstenía de comer y acudía al templo para mostrar humildad y arrepentirse de sus pecados. Babilonia se acercaba a Jerusalén. Baruc, enviado por Jeremías, le dijo al pueblo cómo podían prevenir la tragedia inminente: “Jeremías le dijo a Baruc: “Estoy preso aquí y no puedo ir al templo. Así que en el próximo día de ayuno ve al templo y lee los mensajes de parte del SEÑOR... Léelos para que la gente de todo Judá... los escuche. Quizá se aparten de sus malos caminos y antes de que sea demasiado tarde le pidan al SEÑOR que los perdone. Pues el SEÑOR los ha amenazado con su terrible enojo”, Jeremías 36:5-7 (NTV). Sin embargo, no se registra respuesta alguna del pueblo de Judá. En cuanto al rey Joacim la Biblia cuenta que mientras le leían las palabras de la profecía, al avanzar tres o cuatro columnas, el rey tomaba un cuchillo y cortaba esa sección y la arrojaba al fuego. Así hizo hasta que terminó de quemar todo el libro. “Ni el rey ni sus asistentes mostraron ninguna señal de temor o arrepentimiento ante lo que habían oído”, Jeremías 36:24 (NTV). ¿Qué sucedió entonces? Se aceleró el juicio divino: “Esto dice el SEÑOR acerca del rey Joacim de Judá: el rey no tendrá herederos que se sienten en el trono... Su cadáver será echado a la intemperie y permanecerá sin enterrar, expuesto al calor del día y a las heladas de la noche. Lo castigaré a él, a su familia y a sus ayudantes por sus pecados. Derramaré sobre ellos y sobre la gente de Jerusalén y de Judá todas las calamidades que prometí, porque no hicieron caso a mis advertencias”, Jeremías 36:30-31 (NTV).
Estos pasajes nos enseñan que el hombre puede llegar a un grado de maldad tan extremo que ni el ayuno logrará ayudarlo. Al contrario, el ayuno podría precipitar el juicio de Dios. El ayuno es cosa seria. Si mientras ayunamos nos arrepentimos de nuestros pecados y nos volvemos de nuestros malos caminos Dios es capaz de levantar un juicio como lo hizo con el pueblo de Nínive; pero si persistimos en sacudir el ramo en las narices de Dios (Ezequiel 8:17) haciendo a propósito lo que sabemos que es ofensivo a su santidad, lo único que lograremos es que se agote su paciencia. Cuando endurecemos nuestro corazón una y otra vez a la misericordia y sublime perdón del Señor llega un día que no queda más opción que la debacle. Sobreviene la destrucción y el juicio y, ¡ni el ayuno podrá salvarnos!
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Queremos conducirte a vivir una intimidad creciente con Dios, e incentivarte a perseverar en el lugar secreto. Te revelaremos las múltiples ventajas de permanecer en ese bendito sitio, siendo la más importante de todas el conocer a tu buen Dios y ser conocido por Él en una relación diaria y cercana.
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