La Humillación Para Una Vida De Intimidad Con DiosSample
Jeremías nos aconseja: “Invoca al Señor de corazón... ¡Deja correr tus lágrimas a raudales, de día y de noche...!”, Lamentaciones 2:18 (LPD). ¿Te acuerdas de la mujer pecadora que derramó perfume a los pies de Jesús? ¡También derramó lágrimas! “Se colocó detrás de Jesús llorando... y empezó a mojarle los pies con sus lágrimas...”, Lucas 7:38 (PDT). ¿Y cuál fue su bendición? Jesús le dijo: “Tus pecados son perdonados... Tu fe te ha salvado; ve en paz”, Lucas 7:48-50 (NTV). Por supuesto que no hablamos de lágrimas que intenten manipular a Dios, sino de aquellas que expresan el dolor por el pecado y que buscan al Señor de todo corazón. ¿Y qué dices de Jacob? Sabemos que luchó con un ángel y que fue bendecido, ¿pero con qué armas? “Lloró y clamó para que lo bendijera...”, Oseas 12:4 (NTV). Por último, veamos a Jesús: “Cuando Cristo vivió en la tierra, oró a Dios... Jesús oró llorando y suplicando a gritos, y Dios respondió a sus oraciones...”, Hebreos 5:7 (PDT). Quizás tú digas: “¿Qué clase de doctrina es esta del ayuno, llanto y luto? ¿Una nueva moda?”. De ninguna manera. Son disciplinas espirituales que para quienes las practicaron representaron canales de enormes bendiciones. Entonces, ¿por qué descuidamos en este tiempo lo que a ellos les dio tanto resultado? El diablo ha robado estas poderosas armas de nuestro arsenal. ¡Debemos recuperarlas!
¡Qué devaluadas están hoy en día estas disciplinas espirituales! ¡Y ni hablar de la humillación! Sin embargo, a Esdras le significó toda la diferencia: “Di órdenes de que todos ayunáramos y nos humilláramos ante nuestro Dios... le pedimos a Dios que nos... protegiera en el camino... y él oyó nuestra oración”, Esdras 8:21-23 (NTV). La humildad impacta positivamente en el corazón de Dios. En 1° Reyes 21 se menciona al perverso rey Acab. El Señor le dijo: “...Voy a destruir a tu familia... ¡porque me hiciste enojar mucho...!”... Cuando Acab escuchó este mensaje, rasgó su ropa, se vistió de tela áspera e hizo ayuno...y andaba de luto. Entonces Elías recibió otro mensaje del SEÑOR: “¿Viste cómo Acab se ha humillado ante mí? Por haberse humillado, no haré lo que prometí mientras él viva...’”, 1° Reyes 21:22-29 (NTV). Dios estaba tan sorprendido por la humillación de Acab que fue a contárselo a Elías. Lo mismo sucedió cuando se humilló el rey Josías: “Estabas apenado y te humillaste ante el SEÑOR... Rasgaste tu ropa en señal de desesperación y lloraste delante de mí, arrepentido. Ciertamente te escuché, dice el SEÑOR. Por eso, no enviaré el desastre que he prometido...”, 2° Reyes 22:19-20 (NTV). ¿No te parece asombroso? La humildad y el arrepentimiento son actitudes tan infrecuentes que quien las manifiesta impresiona gratamente a Dios.
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¿Cuánto hace que no abrimos nuestro corazón delante de Dios con lágrimas? Los gemidos, los suspiros y las súplicas fueron parte de todos los héroes de la fe. ¿Estás listo para ser uno de ellos?
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