Lectura Con El Pueblo De Dios - 6 AmorSample

Desafío de memorización: 1 Corintios 13:1-3

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, soy como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, pero no tengo amor, nada soy. Si repartiese todos mis bienes, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve.

Introducción a la lectura:

Oración matutina (Salmo 5)

Este Salmo es una hermosa oración que revela mucho acerca de la comprensión que David tenía de Dios. Podemos ver inmediatamente que la relación de David con Dios es estrecha, reconociendo su unión personal con Dios pero manteniendo una reverencia hacia su Señor. En esta oración, vemos a David declarando confianza en muchos de los atributos del Señor: Dios escucha (confiando en su misericordia), Él cuida (confiando en su gracia), Él ama el bien, es justo y recto, y Él es soberano.

La vida de David como pastor era tranquila y pacífica en su mayor parte. Ahora, desde que Saúl se enteró de que David había sido ungido como el futuro rey de Israel por el profeta y hacedor de reyes Samuel, la vida se había vuelto una de agitación e incertidumbre. Perseguido como un animal, viviendo lejos de su familia y amigos, y confiando en la bondad de los demás, David clama a su única ayuda y esperanza, Su Señor.

Aunque David es un rey a los ojos de Dios, todavía no tiene un reino, está en manos de otro, un malhechor. David apela al Dios soberano, el juez justo, para que lo proteja y lo dicte una sentencia justa. Los males son demasiado grandes y el enemigo demasiado fuerte para que un hombre o un tribunal humano los pueda vencer y corregir.

Al igual que David, que peregrinó en el desierto durante muchos años y fue perseguido por sus enemigos, vivimos en un mundo hostil. Dios escribió esto a través de David para nosotros, para la iglesia. Jesús nos dijo que Él trajo el reino; Él es el cumplimiento del pacto davídico, el rey de reyes. Sí, nuestro mundo es hostil a Jesús y a sus seguidores, pero confiamos en el propósito de Dios y en su capacidad soberana para hacer que todas las cosas obren juntas para nuestro bien y para su gloria. Jesús es rey, incluso si su variopinta tripulación está experimentando el desierto. Al igual que David, nos aferramos y confiamos en Él.

Ofrenda voluntaria (Deuteronomio 16:9-12)

Este pasaje es rico en lo que no dice. Rico en tipos y rico en significado, nos dice cuál debe ser nuestra respuesta a nuestra salvación para agradar a Dios. Analicemos los tipos para cosechar el significado detrás del mensaje. Los versículos 1 al 8 de este capítulo se centran en la Pascua, y sabemos que Jesús es nuestro Cordero Pascual, lo que establece la credibilidad de los tipos. Se acepta el siete como el número de Dios, por lo que sabemos que este mensaje es de Dios y acerca de Dios.

El fundamento del mensaje es que el punto de partida es la Pascua (Jesús) seguida de la semana de los panes sin levadura (sin pecado) (Jesús es el pan de vida). A partir de ese punto fundamental, el pueblo de Dios debe esperar siete semanas antes de poder celebrar la cosecha, el Día de Pentecostés.

Juan 12:24 nos dice que una semilla debe morir para producir vida. Jesús es la semilla que produjo la cosecha en el Día de Pentecostés, el Espíritu Santo trayendo las gavillas.

Nuestro pasaje se centra en nuestra respuesta a la Pascua y Pentecostés. Las palabras “ofrenda voluntaria en proporción a la bendición” son la clave. ¿Cómo respondemos apropiadamente al regalo más grande que jamás se ha dado? Felizmente, Dios nos dice en Romanos 12:1-2: “Así que, hermanos, tomando en cuenta las misericordias de Dios, os ruego que cada uno de vosotros, en adoración racional, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. Así comprobaréis cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”. Él quiere que le entreguemos todo y libremente.

El versículo 11 nos ayuda a ver la actitud de nuestro corazón y nuestra mente cuando damos esta ofrenda a nuestro Señor. “Regocijaos delante del Señor vuestro Dios…”.

El Nuevo está oculto en el Antiguo; el Antiguo está revelado en el Nuevo.

La unidad de la comunidad (1 Corintios 16)

¡Qué cambio de tema y ritmo! En el capítulo 15, podemos leer los pensamientos más elevados de la resurrección de los muertos en Cristo, que son inspiradores y alentadores. En el capítulo 16, nos dirigimos a algunas cuestiones prácticas de la vida cotidiana, antes de que se cierre la puerta del capítulo. Nos muestra que, a pesar de que Pablo tiene una mentalidad celestial, todavía planea hacer el bien terrenal.

Aunque era un apóstol de los gentiles, el corazón de Pablo también abrazó a los judíos de Jerusalén mientras soportaban la persecución y el hambre. A través de los medios prácticos de recolectar dinero de las iglesias basadas en los gentiles para aquellos primeros cristianos judíos que sufrían en una tierra lejana, Pablo nos muestra la unidad de la iglesia y la comunión de los creyentes.

A través de sus acciones, Pablo está demostrando que no somos simplemente miembros individuales de una congregación con barreras y distinciones, sino miembros de un cuerpo, una unidad, cuyo todo es Cristo. Está enseñando que cada miembro tiene una obligación con todo el cuerpo; no podemos ser autónomos ni egoístas.

Por supuesto, el don y el espíritu con el que se da son esenciales, pero la imagen tranquila que dibuja Pablo es la importante. Cuando damos al cuerpo, le estamos dando a Cristo. El ideal de la iglesia como el cuerpo de Cristo era una dinámica muy real para Pablo, y el concepto de que Cristo fuera representado por la iglesia era muy importante.

Mostrar unidad, amor y un corazón generoso a la iglesia es una demostración de la respuesta del corazón al magnífico y maravilloso don que tan generosa y libremente se nos dio en Cristo, uniendo Su cuerpo a Él para siempre.

- Jinet Troost, Porque Él vive.