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40 Principios escriturales para un ministerio saludableSample

40 Principios escriturales para un ministerio saludable

DAY 39 OF 40

39. ¡Administra la obra de Dios!

Cuiden... de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas. Háganlo por el gusto de servir, que es lo que a Dios le agrada, y no por obligación ni para ganar dinero. No traten a los que Dios les encargó como si ustedes fueran sus amos; más bien, procuren ser un ejemplo para ellos. Así, cuando regrese Cristo, que es el Pastor principal, ustedes recibirán un maravilloso premio que durará para siempre”, 1ª Pedro 5:2-4 (TLA). Dios puso a Saúl en el trono de Israel y Dios fue quien lo sacó de allí: “... Tu reinado no continuará... Como no obedeciste... el Señor... nombrará un nuevo líder”, 1º Samuel 13:14 (PDT). La desobediencia es costosa. Dejó a Saúl sin ministerio y, además, le acortó la vida: Dios le quitó la vida a Saúl porque no obedeció sus mandamientos”, 1º Crónicas 10:13 (TLA). Saúl había sido elegido para cuidar el pueblo del Señor (1º Samuel 15:1) pero como no lo hizo se le quitó el liderazgo. Al perder la confianza de Dios Saúl fue reemplazado por David: “... El Señor te ha quitado el reino de Israel. Se lo ha dado a uno... que es mejor que tú”, 1º Samuel 15:28 (NTV). Dios se buscó un mejor pastor: “... Yo te saqué del redil para que, en vez de cuidar ovejas, gobernaras a mi pueblo Israel... Tú serás el pastor de mi pueblo...”, 2º Samuel 7:8 (BAD) y 5:2 (NTV). Cuando Dios quiere premiar a una persona por un buen trabajo, generalmente le da más trabajo. Jesús dijo: “... Has sido fiel en administrar... te daré muchas más responsabilidades... Voy a encargarte cosas más importantes, Mateo 25:23 (NTV, TLA). El administrador fiel es honrado con mayores responsabilidades. En cambio, el administrador infiel es castigado. En primer lugar pierde la responsabilidad que se le confirió: “Quítenle el talento...”, Mateo 25:28 (DA). Y, finalmente, pierde la luz de la presencia divina: “Al siervo inútil arrójenlo a las tinieblas de afuera. Allí será su llanto y el crujir de dientes”, Mateo 25:30 (SyEspañol). ¡Qué escenario tan horrible les espera a los malos administradores! El que administra mal pierde la confianza de Dios y pasa a hacer ‘banco’. En cambio, al que administra bien Dios le confía su mayor tesoro: “su más preciada posesión... la niña de sus ojos”, Zacarías 2:8 (NTV, RV60). No existe un ejemplo más claro que el de David. Demostró ser un buen administrador cuidando las ovejas de su padre y, como resultado, Dios lo puso a pastorear su propio rebaño.

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