Del Miedo al Temor - Un Viaje de Sabiduría e Intimidad con DiosSample

Miedo que aleja, temor que acerca

El miedo y el temor pueden parecer similares, pero son opuestos en el contexto de nuestra relación con Dios. El miedo nos hace huir y escondernos, como le sucedió a Adán en el Jardín del Edén después de desobedecer a Dios. Sintió miedo y se escondió de la presencia divina. Este tipo de miedo es una reacción natural a la culpa y al pecado, llevándonos a alejarnos de Dios y a evitar Su presencia.

Por otro lado, el temor del Señor es una respuesta reverente que nos acerca a Dios. Es el respeto profundo que nos lleva a reconocer Su santidad y majestad. Cuando tenemos temor del Señor, no huimos de Él, sino que nos acercamos, buscando Su sabiduría y guía. Moisés es un claro ejemplo de esto: mientras los israelitas temían el poder de Dios en el Monte Sinaí y se mantenían a distancia, Moisés, movido por un temor reverente, subió al monte para estar en la presencia de Dios, demostrando coraje y fe.

El miedo paraliza e impide nuestra cercanía a Dios. Pero el temor nos mueve hacia Él, incluso cuando enfrentamos desafíos o nos sentimos indignos. El temor nos ayuda a reconocer la necesidad de Su gracia y misericordia. Por lo tanto, debemos pedir a Dios que elimine el miedo que nos aleja y cultive en nosotros un temor reverente que nos acerque más a Él, fortaleciendo nuestra fe y confianza en Su bondad y fidelidad.