Ver a Jesús

Quizás te sepas de memoria los versículos de Números, o quizás no, que se llaman la "bendición sacerdotal". Eran las palabras que el sacerdote del pueblo de Israel pronunciaba regularmente sobre ellos. Un deseo de bendición. Maravilloso, ¿verdad? Permítame subrayar por un momento las palabras "la luz de Su semblante" y "volver Su semblante". La palabra semblante significa rostro. Así que este deseo de bendición dice que la luz del rostro de Dios brille sobre nosotros y que Su rostro se vuelva hacia nosotros. En pocas palabras, se trata de mirarnos el uno al otro, de tener contacto visual. Estar cerca y amar. Luz y gracia. Imagina recibir esas palabras de bendición de la boca del sacerdote... Y no son palabras hechas por uno mismo, sin embargo, son las palabras de Dios mismo.

Dios quiere contacto visual.

Dios quiere estar cerca.

Dios quiere iluminarnos con Su luz.

Jesús quiere contacto visual.

Jesús quiere estar cerca.

Jesús quiere brillar sobre nosotros con Su luz.

¿Haces contacto visual con Él?

¿Estás cerca de Él?

¿Te ilumina Su luz?

Pausa un momento y deja esto permear en ti.

En "The Chosen", ves a María. Las cosas han ido mal y se siente terriblemente culpable. ¿Cómo puede volver a enfrentarse a Jesús? ¿Cómo pueden las cosas volver a ser como antes? En sus propias palabras: "Él ya me arregló una vez.... Y me he vuelto a romper. No puedo enfrentarme ante Él".

Con la cabeza agachada.

Su valor ha desaparecido.

Su pensamiento oscuro.

¿Y Jesús? Le pide a María que levante la cabeza. Le mira. Jesús se acerca. Cuando María levanta la cabeza, ve la luz, el amor y recibe la gracia.

Tú también —como María —puedes venir a Jesús en tu quebrantamiento. Mírale a Él. Mira Su luz y Su gracia.

Te está esperando.

Reflexiona sobre las siguientes preguntas:

• ¿Qué experimentas cuando dejas que entre esta bendición de Números?
• ¿Cuándo fue la última vez que "miraste" así a Jesús y estuviste cerca de Él?

Ora: "Señor, qué increíblemente grande es que quieras mirarme así. Gracias por Tu amor, Tu luz y Tu gracia. Ayúdame Señor, cuando me sienta indigno, a buscarte. Y Señor, cuando lo olvide, búscame y muéstrame de nuevo quién eres Tú. Amén."