Renovando la mente y la bocaSample

¿Bendecir o maldecir?

Muchas veces, el mensaje no es lo que ofende, sino las palabras que se utilizan para darlo. Tengamos cuidado con lo que decimos y la forma en que lo hacemos. Satanás necesita nuestras palabras para dañar y Dios también las necesita para bendecir. ¿A quién le servirán nuestras palabras? ¡Entreguémoselas a Dios!

Decidamos ser personas que bendigan con sus palabras en todo momento. Ellas tienen poder, y cómo las usemos dependerá de nosotros. Nuestra boca puede edificar o destruir la vida de alguien, así que es nuestra responsabilidad cuidarla y usarla para bien.

Entreguémosle hoy nuestra boca a Dios y que nuestras palabras se alineen a las suyas. Hablemos vida, salud y bendición sobre la vida de los demás y creamos que el poder del Padre se manifestará a través de nuestra boca.