Camino SuaveSample
Aprendiendo de las Caídas
En el judo, caer es parte del aprendizaje. Cada caída enseña algo nuevo, ayudando al judoca a levantarse más fuerte y preparado. Es a través de las caídas que se aprende el arte de levantarse y perfeccionarse en las técnicas. En el tatami, las caídas no se ven como fallos, sino como oportunidades de crecimiento y fortalecimiento.
En la vida cristiana, también enfrentamos caídas y tropiezos. Pasamos por momentos de debilidad, cometemos errores y enfrentamos fallos. Sin embargo, la Biblia nos enseña que el justo puede caer muchas veces, pero siempre se levantará. Esta resiliencia no proviene de nuestra propia fuerza, sino de la gracia y el amor de Dios. Cada caída es una oportunidad para aprender a confiar más en Dios, buscar Su orientación y crecer en nuestra fe.
Cuando enfrentamos dificultades, es fácil desanimarnos y sentirnos derrotados. Pero en Cristo, tenemos la promesa de que Él siempre está a nuestro lado, listo para levantarnos. Al igual que en el judo, donde se aprende a caer y levantarse repetidamente, nuestra vida espiritual es un proceso continuo de aprendizaje y crecimiento. Cada desafío, cada tropiezo, es una oportunidad para acercarnos más a Dios y fortalecernos en nuestra caminata con Él.
Desafío: Reflexiona sobre una caída o fallo reciente. ¿Qué has aprendido de ella? ¿Cómo puedes usar esta experiencia para crecer espiritualmente? Comparte esta lección con alguien que pueda estar pasando por una situación similar.
Oración: Señor, gracias por estar conmigo en cada caída. Enséñame a ver cada tropiezo como una oportunidad de crecimiento. Dame fuerzas para siempre levantarme y seguir adelante con fe renovada. Que pueda aprender de cada desafío y volverme más fuerte en mi caminar contigo. Amén.
Scripture
About this Plan
El judo entró en nuestra vida a través de mi difunto marido, un judoca. Cuando nuestra hija Bianca, entonces de 9 años, fue víctima de bullying y amenazada con un cúter, decidimos inscribirla en clases de judo. Una semana después, se defendió con éxito. Hoy, mi hija tiene una academia de judo y mi nieto Pedro compite a nivel nacional. Esta es la inspiración para este devocional.
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