Para nunca más estar solosSample

Día 3

Claro que Jesús es nuestro amigo fiel, pero también Él quiere ser nuestro lugar de protección. Y éste es el tercer principio que debemos entender, guardar en nuestros corazones y aplicar; pues nos dice que Jesús no solo resuelve nuestra soledad, sino también cualquier tipo de miedo que podamos sentir.

Si bien la vida cristiana inicia en nosotros al pedirle a Jesús habitar en nuestro corazón, debemos entender que no termina ahí. Si fuera así, la Biblia, es decir la Palabra de Dios, no insistiría tanto en hacer de Jesús nuestro lugar de protección, nuestro refugio.

El que Jesús habite en nuestros corazones nos garantiza la vida eterna, pero para poder vivir la VIDA EN ABUNDANCIA (que mencionamos en el primer día de este plan bíblico), esa vida que Jesús quiere para nosotros, sin límites y sin soledad aquí en la Tierra, es necesario que cada uno de nosotros decida entregarse a Jesús.

No solo permitir que Él habite en nosotros sino que le entreguemos a Él, nuestra vida.

Viviendo en Él, haciéndolo nuestro lugar de protección y nuestro refugio.

Gracias a Dios, Jesucristo ya está en nosotros, pero para que nunca más sintamos soledad, necesitamos ir al lugar de protección, y ese lugar es una persona: es Jesucristo.

No solamente que Jesucristo esté en mi corazón, sino que yo esté en sus brazos.

Atrévete a hacerlo hoy mismo y decide nunca más vivir en soledad. Atrévete a entregarle por completo tu vida a Jesús, haz de Él tu amigo fiel, tu lugar de protección, tu lugar de refugio y nunca más te sentirás solo, encontrarás en Jesús todo lo que necesitas.

¡Dios te bendiga!

¡Bendito sea el Señor, mi protector! Él es quien me entrena y me prepara para combatir en la batalla; él es mi amigo fiel, mi lugar de protección, mi más alto escondite, mi libertador; él es mi escudo, y con él me protejo; él es quien pone a los pueblos bajo mi poder.

Salmos 144:1-2 DHH

Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite.

Salmos 18:2 DHH

Ya que has hecho del Señor tu refugio, del Altísimo tu lugar de protección, no te sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a tu casa.

Salmos 91:9-10 DHH

Te invitamos a tomar un tiempo de reflexión:

• ¿Cómo te sientes ahora que sabes que Jesús, no solo quiere ser tu amigo, sino también quiere ser tu lugar de protección, es decir tu refugio?

Aplicación práctica:

• La próxima vez que te sientas solo, acude a tu lugar de refugio, recuerda que ese lugar es Jesús. ¿Cómo hacerlo? Ora, lee su Palabra, recuerda los versículos de este Plan, atrévete a hacer de la lectura de la Biblia un estilo de vida. Ese estilo de vida te protegerá cuando vengan los pensamientos de soledad.

Y RECUERDA, NO ESTÁS SOLO, NO ESTÁS SOLA, JESÚS SIEMPRE ESTÁ CONTIGO.

¡Dios te bendiga!

¿Te ha animado este plan? Nos gustaría conocerte mejor: Meshico “Tierra de Dios”

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