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El Toque De DiosSample

El Toque De Dios

DAY 2 OF 3

Tocó mis labios

En Daniel 10:16, leemos sobre un momento significativo en la vida de Daniel: "Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé". Este versículo revela la transformación que ocurre cuando Dios toca nuestras vidas, específicamente nuestros labios. El toque de Dios no solo afecta nuestro corazón, sino también nuestra capacidad de comunicarnos, dándonos las palabras adecuadas para hablar.

Las palabras tienen un poder inmenso. Pueden herir profundamente, pero también pueden sanar y edificar. Como seguidores de Cristo, es esencial que seamos conscientes del impacto de nuestras palabras. Proverbios 18:21 dice: "La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos".

Este proverbio subraya la importancia de nuestras palabras y el efecto que tienen en los demás. Podemos elegir usar nuestras palabras para construir, alentar y sanar, o podemos usarlas para destruir y causar dolor.

Cuando permitimos que el Espíritu Santo toque nuestros labios antes de hablar, nuestras palabras se transforman. Ya no son simplemente expresiones humanas, sino que se convierten en vehículos de la gracia y la verdad de Dios. En Proverbios 12:18, se nos dice: "Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina".

Este versículo nos recuerda que nuestras palabras pueden ser como golpes de espada, causando daño y dolor, o pueden ser como medicina, trayendo sanidad y restauración.

Como hijos de Dios, debemos buscar que nuestras palabras siempre sean una fuente de vida y bendición. Debemos permitir que el Espíritu Santo toque nuestros labios, purificando y guiando nuestras palabras para que reflejen el amor y la sabiduría de Dios.

En nuestras interacciones diarias, ya sea en el hogar, en el trabajo, en la iglesia o en cualquier otro lugar, nuestras palabras deben ser una manifestación del carácter de Cristo en nosotros.

Permitir que Dios toque nuestros labios significa rendirnos a Su Espíritu, pidiendo Su guía y sabiduría en todo lo que decimos. Es un acto de humildad y dependencia, reconociendo que por nosotros mismos no siempre sabemos qué decir o cómo decirlo.

Pero con el toque divino, nuestras palabras pueden tener un impacto eterno, edificando el cuerpo de Cristo y testificando del amor transformador de Dios a un mundo necesitado.

Oración: Señor, toca mis labios para que mis palabras sean siempre de bendición y sanidad. Que cada vez que hable, refleje Tu amor y sabiduría. Ayúdame a ser prudente y a hablar solo cuando sea necesario, bajo Tu guía. Amén.

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