Hablaré a Tu CorazónSample
Para hallar el tesoro contenido en las palabras de Oseas primero tenemos que entender quién era él, las circunstancias que vivió y por qué los días de su servicio a Dios no eran nada fáciles, como tampoco lo son para millones de creyentes comprometidos hoy en todo el mundo. Oseas es considerado unprofeta menor, pero solo porque el contenido de su libro es menos extenso que el de los profetas mayores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel) y no porque tenga menor importancia.
Por el contrario, las pocas páginas del libro de Oseas resultaron suficientes para que el Espíritu Santo nos comunicara un mensaje precioso y esperanzador para todos, incluso quienes han sido estigmatizados como “caso perdido”: revelarnos a Dios como ese amante esposo, fiel y eterno, que no se da por vencido y lucha para conquistarnos, como el caballero galante que pelea valientemente por su gran amor y termina seduciendo el corazón de su amada. La gran pregunta es: ¿Cómo reaccionamos nosotros? Así es. Le fallamos. Dios lo sabe, por eso despliega Su plan: llevarnos al desierto, donde Él mismo nos espera, para que nuestro corazón pueda oírlo:
Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón (Os.2:14).
El contexto es importante. Cuando escribe este libro, Oseas, -junto con Amós-, es de los pocos profetas que podían registrar lo ocurrido en el reino del norte, antes de que este cayera en el 722 a.C. (por entonces el pueblo de Dios estaba dividido). Se habla mucho de Efraín porque era la tribu más grande del Reino del Norte, donde se levantaban reyes y gobernantes idólatras y la inmoralidad era la tónica predominante. En el Reino del Sur, de otra parte, las cosas no fueron muy distintas; a los profetas Isaías y Miqueas les tocó lidiar con líderes desobedientes.
También en estos días tan difíciles para el mundo, cuando vemos que se apresura el cumplimiento de las señales antes del fin anunciadas por Jesús a sus discípulos, los hijos de Dios hemos sido llamados a cumplir una misión. Muchos exclaman: ¿Pero dónde se metió Dios? Es como si vivieran en los “años de silencio” previos a la primera venida de Cristo. Pero el lenguaje de Dios no es la indiferencia; la Biblia nos dice todo el tiempo que Él es fiel (Sal. 117:2), que todos los días está activo (Juan 5:17), que nos invita a permanecer en Su amor (Juan 15:7), que quiere salvarnos (1 Ti. 2:4) y guardarnos “de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero” (Ap. 3:10).
Dios está activo todo el tiempo buscando los corazones alejados, como el Buen Pastor que busca su oveja perdida sin desentenderse de las otras 99 que ya reposan en su redil (Lc.15:4). El verdadero problema es que nos la pasamos tan ocupados en nuestros propios asuntos o hacemos tanto ruido que, ni lo escuchamos, ni lo dejamos hablar. Somos como la joven malcriada y altanera que, confiando en su belleza, se entretiene haciendo sufrir al novio fiel sin ninguna intención de tomarlo en serio (¡Y, claro, eso aplica también para los hombres que hacen sufrir a las mujeres!). Por muy patético que pueda sonar, Dios insiste, como el novio al que llaman fracasado, esperando en la puerta, flores en mano, sin importarle ser el hazmerreír, mientras su amada se escapa por el jardín. Así era Israel en los días de Oseas. Y peor. Desleal. Como nuestro corazón a veces.
Para que todos podamos entenderlo, Oseas debe unirse a una mujer muy particular: Gomer. La mayor misión de Oseas era aprender a través de ella y así poder enseñar a Israel (y también a nosotros) lo que es el verdadero amor, el que nos mostró Jesús y del que tanto insiste Juan: amora pesar de. En el último día de este devocional veremos hasta dónde llega el Amor por Gomer.
Scripture
About this Plan
¿Qué tenemos de parecido con Gomer, la mujer a la que el profeta Oseas debía casarse según Dios?, tal vez te preguntes. Juzgar a otros es fácil para sentirnos superiores, pero rara vez nos preguntamos qué llevó a esa persona a comportarse de esa forma. Dios eligió a Oseas para transmitir Su mensaje, mostrando cómo se siente Él ante nuestra infidelidad.
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