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En El Principio

DAY 2 OF 4

El Dios que se convirtió en sastre.

Una de nuestras mayores necesidades es saber que somos amados. Anhelamos creer que hay alguien que nos espera al final de cada jornada, alguien que reserve un lugar especial en su mente y corazón exclusivamente para nosotros, ya sea nuestra pareja, nuestros hijos o algún ser querido. Incluso, el más vil de los pecadores, anhela fervientemente ser amado y aceptado por alguien a quien pueda considerar el epicentro de su devoción.

Soy de aquellos que se pueden quedar, meditando, masticando, desmenuzando un texto bíblico durante días e incluso semanas. Como diría uno de mis predicadores preferidos, me identifico con la idea de “luchar con el texto bíblico, al igual que lo hizo Jacob con Dios: <<No te soltaré hasta que me bendigas y me reveles todo lo que tienes destinado para mí>>.” Lo que indica que me quedé meditando por un par de semanas más en los tres primeros capítulos del libro de Génesis. Y descubrí que el mismo Dios que viste a las cebras con pijamas de rayas, por amor se convirtió en sastre: “Y el Señor Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán y su esposa, y los vistió” (Gen. 3:21).

Dios nos creó para que tuviéramos con Él y con otros, relaciones de significado y propósito. Pero, no podemos amar plenamente a los demás hasta que hayamos experimentado plenamente el amor de Dios por cada uno de nosotros a plenitud. Y, es esto lo que precisamente se perdió en el Edén por causa del pecado de Adán y Eva, la posibilidad de experimentar a plenitud el amor de Dios por cada uno de nosotros, tal cual como Él nos creó para este fin. “Desnudos”, sin nada externo que se interpusiera en esta relación.

Desde entonces el hombre se ha diseñado para si todo tipo de ropajes espirituales para intentar tapar su desnudez: “En ese momento (cuando desobedecieron y pecaron a voluntad) los ojos de ambos fueron abiertos y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera" (Gen. 3:7).

Hoy, las hojas de higuera en el mercado religioso se ofrecen como prendas de rebaja bajo la engañosa “teología” de la prosperidad, o la engañosa doctrina de tener fe en la fe, o la de “decrételo y reclámelo”.

La religión de las hojas de higuera siempre nos va a guiar por el camino de las obras, a relacionarnos con Dios en nuestras propias fuerzas, en lo que tú y yo, podemos hacer para ganarnos el favor de Dios; contrario a lo que el Señor siempre ha querido desde siempre – Relación y dependencia. En contraste, la religión de la perfecta provisión de Dios se basa en la obra todo suficiente de Jesús, el Hijo de Dios a favor nuestro desde los orígenes (Gen. 3:15).

Querido amig@, recuerda que, en la economía de Dios, las buenas obras que usamos en oportunidades para pretender ganarnos la entrada al cielo, son como el dinero del juego monopoly, grandioso para el momento. Pero, sin valor legal en la economía celestial. Tus buenas obras son esenciales para lo que se necesita en este lado del cielo, pero no son moneda de valor legal ante Dios.

Si vuelves al Génesis te vas a dar cuenta que por gracia y amor el Señor perdona nuestros pecados, pero cada uno tendrá que asumir las consecuencias de nuestros pecados aquí, en este lado de la ecuación… Vemos a Adán y a Eva, saliendo del Edén, y Dios les llama y les dice: <<Con esas hojas de higuera no van a conseguir nada. En un acto de misericordia (Anticipo de la Cruz) para con Adán y Eva, un inocente muere por causa de Su pecado, Dios mata a un animal y les hace ropa con su piel>> (Gen. Cap 3).

Lo interesante es descubrir hasta en estos momentos tan dolorosos la finura de Dios, ¡oye, , no les tira la ropa a los pies, ni los atropella o maltrata, ni mucho menos los expone ante el resto de su creación! Sino que Él mismo, los viste con ternura y cuidado.

No sé qué tipo de religión estás creyendo querido amig@, pero de algo sí estoy seguro, ten mucho cuidado porque en los últimos tiempos, muchos dirán que son parte de, pero realmente no lo son (Mt. 7:22-23).

¡Medita en esto!

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En El Principio

No sé de dónde han sacado la errónea idea de que nuestro Dios es distante, frío e indiferente, cuando génesis nos muestra que el Maestro Artesano (la Trinidad), impulsado por un amor apasionado, decidió abrir el círculo para compartir la vida trinitaria contigo y conmigo. Y, para esto nos creó el mundo como un lugar seguro para existir y convivir con Él.

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