El Dios De La Segunda OportunidadSample
Hola, espero que estén pasando un tiempo hermoso con nuestro Dios Todopoderoso, y quiero compartir algo para que podamos conocer más el corazón de nuestro Padre Celestial.
El título es "El Dios de la Segunda Oportunidad", y quiero basarme en Números 9:1-12: “El Señor le habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en el primer mes del segundo año después de la salida de Egipto. Le dijo: «Los israelitas celebrarán la Pascua en la fecha señalada. La celebrarán al atardecer del día catorce del mes, que es la fecha señalada. La celebrarán ciñéndose a todos sus estatutos y preceptos». Moisés mandó que los israelitas celebraran la Pascua, y ellos la celebraron en el desierto de Sinaí, al atardecer del día catorce del mes primero.
Los israelitas hicieron todo lo que el Señor le había mandado a Moisés. Pero algunos no pudieron celebrar la Pascua en aquel día, pues estaban ritualmente impuros por haber tocado un cadáver.
Ese mismo día se acercaron a Moisés y a Aarón, y les dijeron:—Hemos tocado un cadáver, así que estamos impuros. Ahora bien, esa no es razón para que no presentemos nuestras ofrendas al Señor en la fecha establecida, junto con los demás israelitas. Moisés les respondió:—Esperen a que averigüe lo que el Señor dispone con relación a ustedes.
Entonces el Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: «Cuando alguno de ustedes o de sus descendientes esté ritualmente impuro por haber tocado un cadáver, o se encuentre fuera del país, aun así podrá celebrar la Pascua del Señor. Sólo que, en ese caso, la celebrará al atardecer del día catorce del mes segundo. Comerá el cordero con pan sin levadura y hierbas amargas, y no dejará nada del cordero para el día siguiente ni le quebrará un solo hueso. Cuando celebre la Pascua, lo hará según las disposiciones al respecto".
Y este pasaje nos está hablando más o menos dos años después de la primera Pascua. Esa primera Pascua recordemos ocurrió en Egipto cuando Dios quiere a sacar a su pueblo de allí. Y Dios le decía al faraón a través de Moisés: "Deja ir a mi pueblo", pero el corazón del faraón se endurecía y no los dejaba salir, y empezaron las plagas. ¿Recuerdan? Y Dios le dice al faraón: ¡Israel es mi primogénito! Y viene la última plaga que fue la muerte de los primogénitos. Lo interesante de ese episodio es que Dios le está diciendo a su pueblo que empiecen a celebrar su libertad aún antes de salir de Egipto, aún en medio de una noche tan terrible de tanto dolor. Después de haber pasado por oscuridad, por mosquitos, por ranas, Dios le dice a su pueblo que empiece a celebrar la libertad.
Y debían tomar un cordero de ciertas características, esto es en Egipto, y sacrificarlo, y untar la sangre en los dinteles de las puertas de las casas donde vivían, pero también debían comer el resto del cordero y celebrar en sus casas la gran libertad que el Señor les iba a dar. Y aún a pesar de que tenían que esperar una noche más, la Biblia dice que Dios les mandó a celebrar. Ellos empezaron a moverse en esa gran promesa, y a recordar todo lo que Moisés les había dicho, pero no solo eso, sino a recordar lo que sus padres les habían contado sobre las maravillas de Dios 400 años atrás, todo lo que había pasado con Abraham, con Isaac, con Jacob. Y empezaron a alegrarse con esos recuerdos y con esas palabras.
Ellos vieron las maravillas de Dios, vieron el mar Rojo abrirse, escucharon a Dios diciendo "estén quietos y vean mi salvación". Vieron a sus enemigos venir detrás de ellos y vieron cómo el viento recio del Señor sopló toda la noche para abrir el mar en frente de ellos. Y detuvo a sus enemigos con una nube. Y vieron a sus enemigos ser tragados por las aguas del mar. Vieron una gran libertad en sus vidas, y de alguna manera, entendieron que sus vidas ya no serían las mismas núnca, que no podrían volver atrás, que no tendrían que volver a la esclavitud, que la promesa se estaba cumpliendo, que lo que habían oído se estaba haciendo realidad.
Y dice la Biblia que cuando cruzaron al otro lado y vieron esta gran libertad, celebraron y cantaron. "Hechó a la mar los carros del faraón, y sus jinetes y sus caballos". Nuestro Dios es un Dios de guerra, y entendieron que habían sido librados con portentosas obras de justicia. Una gran victoria, una gran libertad. Nadie tuvo que sacarles una canción de sus gargantas. Ellos lo hicieron como respuesta a esa gran libertad. Ellos lo vivieron, lo tocaron. Esa gran libertad estaba en el aire todavía. La Pascua se podía sentir. La emoción se podía sentir. No se podía negar la emoción que vivían.
Pero ahora están en otra temporada en sus vidas. Han pasado dos años, una temporada de prueba y dificultad. Y las historias de la tierra prometida donde fluye leche y miel, seguían siendo historias para ellos. Han experimentado días de sequedad, de no encontrar agua, tiempos de hambre. Vieron a sus familiares, a sus hijos sufriendo. Y empezaron a decirle a Dios "¿nos vas a dejar morir de hambre en este desierto?", ¿nos vas a dejar morir de sed? Empezaron a ver a las naciones vecinas tratando de acercarse a conquistarlos, a matarlos. Vieron a las naciones paganas tratando de infiltrar, los ídolos, los dioses falsos y experimentaron desilusión. Vieron la dureza del camino por el desierto, pero también vieron la mano de Dios, cómo les proveía, cómo los cuidaba. Pero algo de la situación, algo de ese viaje les decía que no iba a ser fácil, que no sería tan fácil como lo imaginaban, que no sería tan fluido como pensaron al comienzo.
Scripture
About this Plan
Han pasado dos años después de que el pueblo de Dios fuera liberado de Egipto, y una nueva temporada se vislumbraba en sus vidas. Una temporada de prueba y dificultad, que los llevó, en muchas oportunidades, a desear volver atrás debido a la dureza del camino. Pero, también vieron la mano de Dios, proveyéndoles y cuidándoles.
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