Palabras Desde El CieloSample
Lo que nos ha dicho
Las palabras de los hombres son verdaderas o no lo son, todo va a depender de la persona, de la ocasión, de las intenciones, etc. Por lo tanto, para fiarnos de lo que una persona dice, a veces necesitamos corroborar lo que se nos ha dicho porque de otro modo podríamos estar creyendo o aceptando cosas que son falsas o medias verdades.
De esto nos previene el proverbista cuando dice: “El testigo verdadero no mentirá; mas el testigo falso hablará mentiras” (Prov. 14:5). De manera que los labios que hablan verdad son valiosos y podemos tener confianza en aquellos que sabemos que andan en el camino de la verdad y temen al Dios de gloria. No obstante, aun así, la verdadera y total confianza sólo la podemos tener en Cristo.
Él es la verdad. Lo que nos dice es verdadero y podemos creerlo sin lugar a equivocarnos y esto es maravilloso. ¿No es así, queridos hermanos? Hay alguien en quien podemos confiar en todo tiempo, es Jesús el Verdadero. Lo que dice jamás puede ser puesto en tela de juicio. Él lo dijo y es así como lo dijo, ni más ni menos.
Por eso, cuando voy a la escena en la que Jesús está por resucitar a su amigo Lázaro, me lleno de gozo al escuchar las palabras que le dijo a Marta, cuando ésta objetó el hecho de que Jesús pidiera que se removiera la piedra. “Jesús le dijo: ¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?” (Jn. 11:40).
Entonces, me detengo en esas palabras: “¿No te he dicho…?”. En algún momento en el que Jesús compartió con Marta le habló acerca de la fe, de creer, de tener la garantía que podría ver la gloria de Dios si creía. Jesús le recordó su enseñanza, era algo de lo que ya habían hablado. Marta podía tener la certeza de que lo que Jesús le había dicho era verdad.
Pasemos a nosotros y pensemos en las cosas que nos ha dicho Jesús. Vayamos a los evangelios y repasemos sus enseñanzas, sus promesas, sus palabras. Escuchemos a Jesús decirnos “¿No te he dicho?” y respondamos con humildad, sí Señor me lo has dicho. Es que a veces vemos la piedra tan grande del problema, que olvidamos lo que hemos aprendido.
Cuando Jesús dijo: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”, estaba diciendo que sus palabras son fiables y son para todos los tiempos (Jn. 6:63). Sus palabras no caducan, no cambian, no pierden su valor. Las palabras de Jesús, los dichos de su boca están vigentes y son tan verdaderos hoy, como cuando salieron de sus labios por primera vez. Así es que podemos confiar y hacer referencia a sus palabras en cualquier situación que nos encontremos. Recordemos su pregunta: “¿No te he dicho?”.
Scripture
About this Plan
Este plan nos lleva a reflexionar acerca de las palabras que nos llegan desde el cielo. Dios ha hablado y nos continúa hablando. Escuchar su voz y atender a sus palabras debe ser nuestro mayor anhelo. No porque escucharle sea algo inalcanzable sino porque reconocemos el honor indescriptible de poder escucharle.
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