Pensando PensamientosSample

La Biblia enseña en Filipenses Capítulo 4. Versículo 8: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad".

El Apóstol Pablo era, por supuesto, un erudito entre sus contemporáneos, grandes pensadores de todos los tiempos afirman que Pablo es el genio religioso por excelencia de la humanidad. El historiador británico Paul Johnson, autor de la historia del cristianismo, historia de los judíos y tiempos modernos, entre otros. Dijo que el Apóstol Pablo como gran pensador, es el sistematizador del cristianismo. Y no es de extrañar, pues él mismo, por inspiración del Espíritu Santo, enseñó acerca de la importancia de pensar bíblicamente. Dando a entender que estamos llamados en Cristo a renovar y a transformar nuestros pensamientos a través de la Palabra de Dios (Rom. 12:1-3).

Lo cual indica que en oportunidades nos conviene hacer un alto en el camino para atisbarnos por dentro, como decimos coloquialmente, y prestar atención a lo que estamos pensando. Porque si pensamos de la forma correcta, sentiremos correctamente y al final actuaremos de forma consecuente a lo que Dios nos enseña en Su Palabra para que pongamos en práctica.

En otras palabras, pensar bíblicamente, implica alinear nuestros patrones de vida, es decir; reorientar nuestra habitual forma de pensar, sentir, actuar y reaccionar frente a ciertas situaciones, con los principios y enseñanzas que nos provee las Escrituras.

Es reconocer que la Palabra de Dios es nuestro ente rector que nos provee suficiente sabiduría divina para sortear cada situación en nuestra vida diaria, ya sea en nuestras relaciones, decisiones, actitudes y propósitos de vida.

En nuestro texto del día, el Apóstol Pablo enseña que, mientras militemos en nuestra naturaleza humana, estamos llamados a conjugar sabiamente estos tres verbos en nuestro diario vivir; pensar, sentir y hacer.

La Biblia nos anima a pensar en cosas verdaderas, nobles, justas, puras, amables y dignas de elogio. Al hacerlo, nos alejamos de patrones y sentimientos negativos, que nos llevan a un accionar destructivo y egoísta, que puede dañar, no solo nuestra vida, sino también las vidas de los demás. De lo contrario, no hay nada más contradictorio que ver a un cristiano necio, fatuo o simple.

Cuando pensamos bíblicamente, nos volvemos más sensibles a la guía del Espíritu Santo, y Él nos ayuda a discernir entre la verdad y la mentira, la justicia y la opresión, la libertad y el pecado, y nos permite ser más objetivos para enfrentar las pruebas con esperanza y confianza en Dios.

Entonces, te invito a reflexionar sobre tus pensamientos, hacer un alto y atisbar por dentro, y a pensar en lo que estás pensando, y a desechar todos aquellos pensamientos destructivos e inquietantes, que te están robando la paz y el gozo de creer /pensar correctamente en Dios.

Recuerda, la fe en Cristo no se trata de sentir, sino de un pensar/creer, de renovar el entendimiento a través de las Escrituras para perfeccionar el sentimiento. Como diría uno de mis mentores en la fe, el principio de Dios perfecciona el sentimiento, que al final se convertirá en un accionar que de gloria y honra a nuestro Hacedor. Porque el sentimiento sin el principio bíblico es mero emocionalismo.

Pasa lo mismo con el que piensa deshonestidades, al final terminará siendo deshonesto. El que piensa mentiras, al final termina siendo un mentiroso y el que piensa impurezas, al final termina siendo un impuro. Porque, la Biblia en Proverbios 23:7, asegura lo siguiente: "Porque al final como el hombre piensa, así es Él"

¡Medita en esto!

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