Ama Sin LímitesSample

ES DIFÍCIL AMAR PORQUE EL PECADO AÚN NOS ENGAÑA Y CIEGA A LA LIBERTAD DE AMAR A OTROS COMO HEMOS SIDO AMADOS POR DIOS.

El día de ayer aprendimos qué es el amor, por qué amamos y quién es nuestro modelo para amar. Y puedes pensar que ya lo sabías o se lee muy bien, pero la realidad es que es difícil amar. Quiero decirte que es cierto. Amar no es tan sencillo como parece. ¿Por qué? Por la terrible plaga del pecado. El pecado es la desobediencia a la ley de Dios (1 Jn 3:4), es un problema moral y profundo en nuestro corazón, porque es el rechazo a Dios mismo, quien ha dado su ley para ver nuestra necesidad de Él, ya que no podemos cumplirla para salvarnos ni agradarlo. Todos tenemos esa inclinación a desobedecer a Dios y a huir de Él (Gn 3:10).

Desde ese día hasta hoy y hasta que regrese Cristo tenemos un mal que nos persigue y tienta, ese mal tiene el mismo ingrediente de Génesis 3: ser nuestro propio dios y decidir lo que es bueno y malo para nosotras. Por lo tanto, nuestro concepto de amor y forma de amar está mezclado con egoísmo y orgullo. Decimos: «Si no me aman, pues yo tampoco»; «Quiero que me amen a mi manera, de lo contrario, busco a alguien más». La centralidad en nosotras mismas refleja que nos amamos más a nosotras que a Dios y al prójimo, como lo dicen sus dos mandamientos más importantes y en los cuales se resume la ley (Mt 22:37-40).

Si te es difícil, examina tu corazón en vez de culpar a otros, alejarte o amargarte. Pídele a Dios que te muestre esas áreas donde no quieres amar traducido en acciones de perdón, servicio, sacrificio y ayuda a otros, especialmente a los que están dentro de tu hogar. Escribe esas actitudes y compáralas con el carácter de Cristo reflejado en sus evangelios. Por ejemplo, si te quejas una y otra vez por servir a tu familia o a tus padres, piensa que Jesús dijo: «y el que entre ustedes quiera ser el primero, será su siervo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos» (Mt 20:27-29).

Tu amor se refleja en las acciones que haces más que en las palabras que dices. No tienen que ser detalles tan grandes o cambios instantáneos, cultivar el verdadero amor que procede de Dios hacia otros toma toda nuestra vida, pero debemos empezar. No dejemos que la cultura dictamine cómo, cuándo y cuánto debemos amar, pues aun siendo tan difícil por nuestro pecado y el de otros, siempre podemos ver a Cristo para recordar cuánto Él nos ha amado y replantear lo que sentimos y hacemos. En Cristo, no es tan difícil amar, e incluso cuando es difícil, Él siempre nos ayuda a hacerlo.

• Aprende: ¿Por qué te es difícil amar?
• Vive: Lee Salmos 147:3 y responde: ¿Quién venda tus heridas? Lee Salmos 34:19 y responde: ¿Quién te restaura en medio del dolor y trae esperanza? Lee 1 Pedro 5:7 y responde: ¿A quién le interesan tus preocupaciones para pedirte que las dejes en sus manos? Sabemos la respuesta, pero medita, ¿por qué me es difícil amar?
• Lidera: Ora por aquella persona que está teniendo dificultad para amar, exhórtala con los versículos vistos y acompáñala.

Oración

Amado Padre, gracias por tu amor en Cristo. Perdónanos porque no amamos como tú nos has amado, porque no lo mostramos con nuestras acciones a quienes consideramos personas más difíciles que nosotras, porque demostramos que no amamos con la misma gracia que tú lo has hecho. Ayúdanos en nuestra debilidad y recuérdanos ser intencionales en amar a otros, en Cristo, amén.