Despidiendo al no nacido (Aborto Provocado)Sample
Restauración después del dolor
Isaías 1:6 (NVI) dice: "Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay nada sano: solo heridas, contusiones y llagas abiertas, que no han sido curadas ni vendadas ni aliviadas con aceite".
Si has tomado la decisión de iniciar este plan es porque puedes reconocer que hay una herida por sanar. Este plan bíblico puede resultar desafiante de leer; el aborto, sea provocado o espontáneo, constituye un duelo que debemos enfrentar, dado que una herida abierta corre el riesgo de infectarse.
Antes de comenzar, quiero ser vulnerable contigo. He vivido dos abortos, uno provocado y uno espontáneo. A los 16 años quedé embarazada; desde pequeña, mi mente había sido condicionada a pensar que si quedaba embarazada antes de graduarme, esa sería la respuesta. Tres años después, me encuentro en la misma posición: un embarazo, pero esta vez enfrentando un aborto espontáneo. Ambos abortos quedaron sin procesar, sin experimentar el duelo necesario y sin sanar. Equivocadamente, creí que al ignorar estos momentos podría continuar. Sin embargo, algunos años después de haber entregado mi vida a Jesús, Dios me llamó a mirar atrás y sanar.
Sanar es una palabra muy linda, pero implica un proceso muy doloroso y, en este caso, demanda vivir un duelo. Este plan no es para preguntarte la razón del por qué tomaste esa decisión, tampoco para que te recrimines por eso. Solo quiero que seas consciente del amor que Dios siente por ti. Dios te ama tanto que envió a su único Hijo para borrar tus pecados. Dios te ama tanto que, incluso en el momento en que estabas tomando esa decisión, Él estaba contigo.
Somos indignos del amor de Dios, pero aun así, Él nos ama.
Lee esta palabra e interiorízala en tu corazón: “Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor—. Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo, quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la púrpura, se volverán como la lana” (Isaías 1:18 NVI).
Dios solo busca un corazón arrepentido, porque aunque nuestro pecado sea gigantesco, Él está dispuesto a perdonar. Por eso, quiero pedirte que hagas la siguiente oración:
"Papá, te presento mi corazón, te pido perdón por la decisión que tomé. Reconozco que esta herida es consecuencia de mi decisión, pero también reconozco que tu amor cubre mi pecado. Por favor, ayúdame en este proceso. Hay cosas que he querido ignorar y otras que mi mente ha suprimido, pero sé que con tu ayuda podré salir victoriosa. Jesús, por favor, toma mi mano y guíame durante estos 4 días de sanidad y restauración. Muéstrame esos momentos inconscientes, ayúdame a vivir este duelo de tu mano. Sé que, en medio del valle de sombra y muerte, tú estás conmigo. Te amo, gracias por estar a mi lado y por abrazarme siempre. En el nombre de Jesús. Amén".
Princesa, ha llegado el momento de permitir que la herida cicatrice. Este plan es un camino que transitaremos día a día, con la guía y ayuda del Espíritu Santo.
Por favor, busca un cuaderno y plasma las respuestas a las preguntas que este plan te dejará cada día. La pregunta del día es: ¿Cuál es la emoción predominante de tu pérdida? (Pueden ser varias, en frente de cada emoción escribe el por qué la escogiste).
Recordatorio: “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido" (Salmos 34:18 NVI). Dios está cercano, dispuesto a abrazarte en tu quebranto y a conducirte hacia la restauración completa. Puedes confiar en Su compasión y amor mientras avanzas en este proceso de sanidad.
Scripture
About this Plan
¿Has experimentado el dolor del aborto? Es hora de sanar y abrazar la vida que Dios tiene preparada para ti. Únete a este plan diseñado con amor y compasión. Cada día te sumerge en una exploración profunda de la fe, el perdón y la restauración. Permite que la gracia de Dios te conduzca hacia un futuro lleno de esperanza. Este es tu espacio para sanar y encontrar la paz.
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