Seguir el ejemplo de Jesús

En la Biblia leemos que Jesús siempre prefirió sentarse e interactuar con las minorías. Él no pasó el tiempo con los líderes de la sinagogas, sino con aquellos que la sociedad rechazaba. Y aunque leemos esas historias, no siempre las aplicamos a nuestro contexto. ¿Cómo te sentirías si Jesús eligiera sentarse con algún político corrupto en vez de sentarse a tu lado?

«Jesús siempre estuvo sentado con aquellos que yo no me sentaría» (Ezequiel Fattore).

El ejemplo de Jesús, aplicado a nuestra actualidad, hace que nos cuestionemos si realmente tenemos un corazón abierto para amar al prójimo.

¿Tu fe es un impedimento para que otros se acerquen a Dios?

«Muchos de nosotros estamos tan embelesados con Jesús que miramos a Jesús y damos la espalda a las personas. Entonces, cuando las personas se quieren acercar, estamos todos nosotros en el medio: mis opiniones, mis ideales. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué cosas de mi fe se interponen para que las personas puedan acercarse a Dios?» (Ezequiel Fattore).

Al compartir nuestra fe nos enfrentaremos con varios obstáculos, pero debemos asegurarnos de que uno de ellos no seamos nosotros mismos. Nuestra actitud y mentalidad debe hacer que otros quieran acercarse a Jesús, no crear anticuerpos.

«Cuando tengas que elegir entre tu religión y tu prójimo, ¿a quién vas a elegir? Cuando tengas que elegir entre tu religión y tu prójimo, vas a elegir siempre a tu prójimo porque fue el único a quien Jesús te mandó a amar» (Ezequiel Fattore).

Recuerda que Jesús nos mandó a amar a nuestro prójimo, no a las costumbres.