¡No Necesitas Más!Sample
Amo Apocalipsis 22:12 porque dice: “«¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho”. Por eso digo que es ahí, en el último tiempo, como el tramo final de la carrera, donde necesitamos recordarlo más seguido.
Y esto es maravilloso, porque entendemos que nuestra salvación depende de Jesús. Y que el Padre nos ama independientemente de lo que hagamos. Pero también tenemos que entender que el bien que hemos hecho en esta vida tiene una recompensa eterna. Y que cuando tú has escogido amar, tal vez aquí no veas la recompensa. Pero, cuando llegues allá, lo vas a entender. Cuando escogiste perdonar, cuando escogiste clamar, cuando escogiste cosas que te dolieron, cuando escogiste confiar, hay una recompensa. Nada es en vano, tus lágrimas no han sido en vano. Tus oraciones no han sido en vano, tus situaciones que no entiendes hoy, no han sido en vano, Dios ha visto todo, Él es el Dios que nos ve.
¿Pero tengo claro hacia dónde voy? Porque si no sé de dónde vengo y a dónde voy, voy a vivir frustrado, y entonces, perderé la perspectiva de que soy su hijo. En nuestro Dios, no hay desperdicios, tus días no han sido desperdiciados ni uno solo de ellos. Lo que tú sientes como perdidos, lo que dices: “tres años de noviazgo, y cómo perdí el tiempo” ¡No! Dios ha hecho algo en tu corazón en ese tiempo. ¡Con Dios no hay nada que haya sido desperdiciado! ¡No has perdido el tiempo con Él!
¿Pero sabes a dónde vas? Jesús sabía de donde venía y a donde iba. Si tú tienes claro esto, tendrás claro quién eres, que tienes valor, que tienes propósito, que tienes sentido, y que no depende de lo que estés viviendo, o de lo que tus ojos puedan ver en este momento.
Pero luego viene esta parte que también es hermosa, Juan 8:17-18 (NVI): “En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy testigo de mí mismo y el Padre que me envió también da testimonio de mí”. Y aquí, Jesús dice: “Mi testigo es el Padre y el otro, Soy Yo”. Lo maravilloso de esta historia es que Jesús tenía claro el testimonio de Su Padre, y claro, también su propio testimonio.
¿Por qué es tan importante saber que soy su hijo? Porque de eso depende nuestro testimonio; el testimonio de nuestro Padre está asegurado, Él no duda, Él sigue diciendo que somos sus hijos amados y que está complacido con nosotros. Por el sacrificio de Su Hijo a favor Él nos dio este lugar y no nos lo va a quitar. Pero, nosotros a veces sí empezamos a dudar. ¿Será que sí? ¿Será que Dios sí me ama? ¿Será que sí soy hijo de Dios? ¿Será que sí soy su siervo? ¿Estás convencido de quién eres, o necesitas que Dios te lo recuerde? Porque Él está dispuesto a recordártelo todas las veces que lo necesites. Pero el enemigo también conoce la importancia de que nosotros no tengamos claro esto.
Recordemos lo que pasó en el desierto con Jesús: “—Si eres el Hijo de Dios —propuso el diablo—, ordénale a esta piedra que se convierta en pan” (Lucas 4:3 NVI). Y esto se vuelve algo contundente en nuestras vidas, el ataque con estas casi mismas palabras: “¿No es que tú eres hijo de Dios? Y resulta que todo te va mal. “Tú no avanzas, a ti todo te sale mal”. “¿Cuánto llevas tú orando? ¿Será que Dios sí te ama?”, etc. Nos lo dicen y cala. Pero, lo más complejo es cuando nosotros tenemos esta lucha aquí adentro, en nuestro corazón. Y nos preguntamos “Dios, ¿será que sí me amas? Porque a mí no me respondes, llevo tanto tiempo esperando por esto y no me respondes, y no pasa nada”.
Pero la respuesta de Jesús es maravillosa: “—Escrito está: “No solo de pan vive el hombre”. Hay áreas de nuestra vida donde necesitamos que Él venga y hable sobre nosotros, donde necesitamos que Él venga y traiga luz, porque ha llegado a oscuridad esas áreas. Áreas donde hay tanto dolor, de años de oraciones, de cosas que esperábamos, de que hicimos el uno, dos, tres que nos habían enseñado y nunca llegó.
Por esto necesitamos que Él venga y traiga su luz, y podemos orar de nuevo y clamar: “Jesús, no vivo solo de pan, sino de la Palabra que sale de tu boca y la necesito oír sobre esta área de mi vida”.
Scripture
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Todos los días necesitamos reconocer que necesitamos luz. Que hay áreas donde estamos en tinieblas, que hay áreas donde hemos perdido la visión, que hay áreas donde no estamos viendo con claridad. Pero Dios nos dice que si estamos con Él, tenemos luz. Descubre en este devocional cómo mantenernos en la luz teniendo clara nuestra identidad en Dios.
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