¿Qué hacer luego de identificar a una copia?

Durante la separación de alguien que hayas identificado como copia, es muy importante que te enfoques en lo espiritual: ayunando, orando y leyendo la Biblia. Rodéate de personas que te ayuden en este proceso y aléjate de las que no dan fruto(ver Gálatas 5). Dependiendo de las circunstancias de la separación, algunas personas pueden necesitar ayuda de algún psicólogo, profesional de la conducta humana o consejero espiritual. Hay que cortar con todo lo que te pueda atar a una copia; por ejemplo: regalos, redes sociales y contacto telefónico. Evita declarar cosas que puedan atarte psicológicamente a una copia, como las frases: “Él era todo para mí”. “Nadie será como ella". Debes cerrar cualquier puerta por donde se pueda filtrar el maligno y hacerte volver atrás. Esto podría incluir dejar de frecuentar lugares que visitabas junto a la copia, alejarte de amistades en común y hasta deshacerte de regalos que puedan provocarte nostalgia y sirvan de estorbo en tu proceso de sanidad interior.

Tal vez tus sentimientos te están haciendo dudar de lo que Dios ya te dijo y de lo que debes hacer. Debes tener presente que el desobedecer a Dios por estar con una copia se compara con el pecado de la idolatría, pues estarías posicionando a la copia como número uno en tu vida, lugar que le pertenece a Dios. La Biblia nos dice que el Mesías consideró que amar a los padres o a los hijos más que a Él, te hacía indigna de participar con Él; cuánto más si la persona que estás poniendo por encima de Él es una copia sin ninguna relación sanguínea.

Existe la posibilidad de que inmediatamente después de una separación con una copia, se te presente otra para seguirte desviando de hacer la voluntad de Dios. No te entretengas con copias, porque tu original puede estar muy cerca y puedes correr el riesgo de no identificarle a tiempo. Recuerda que cada día que pasas con una copia es un día menos que disfrutas en la plenitud y la bendición que acompañan a tu original. ¡La obediencia trae bendición de generación en generación!