Conéctate a la fuente correcta

De niña solía pasar mis vacaciones de verano en casa de mis abuelos. Mi abuelo se dedicaba a cultivar sus tierras, en especial la uva. Era un proceso que requería de mucho esfuerzo; trabajar horas de madrugada, preparar la tierra, proteger la vid de tiempos malos hasta llegar a la selección del mejor producto para la venta.

En Juan 15, Jesús nos compara con las ramas de una vid. Dios es el que hace el trabajo pesado. Él es el labrador, el que cuida las ramas para que den fruto. Jesús es la vid, y la rama necesita permanecer en la vid para dar fruto. Las ramas somos los creyentes que seguimos a Cristo. Las que llevan fruto, son los creyentes que viven pegados a Jesús; la vid y las ramas que no producen fruto son los que se alejan de la fuente y terminan cortados. Por eso se especifica permanecer en la vid.

¿Qué significa “permanecer en la vid”? Dios ya hizo lo más difícil. Lo que te resta hacer es seguir y meditar en las enseñanzas que te da por medio de Su Palabra; aplicarlas a tu vida, tener una vida de oración y buscar Su dirección.

Gálatas 5 te muestra los resultados de vivir una vida pegada a la fuente de vida y son: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio.

Sin embargo, es probable que por distracción te pudieras encontrar conectado a la fuente incorrecta. Tal vez te has dejado guiar por información que recibes a través de medios sociales, la música, malas noticias o aun de las personas que te rodean, y eso ha afectado tu fe. Los frutos de una persona que no está conectado a Jesús son: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos arrebatos de furia, ambiciones egoístas, discordias, divisiones, envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos que te dirigirán a la muerte.

¿Qué tipo de frutos identificas en tu vida?

Recuerda que Jesús te ama y te dará las fuerzas necesarias para seguir adelante. Oro que Su amor fluya por medio de tu vida, en cada una de tus acciones. En el nombre de Jesús, ¡amén!

Oración: Señor, sin Ti nada puedo hacer. Te pido que me ayudes a permanecer en Ti como la única fuente que me llena. Poda las áreas de mi vida que no traen fruto. Manténme en conexión constante contigo. Amén.