YouVersion Logo
Search Icon

Emanuel, Dios Con NosotrosSample

Emanuel, Dios Con Nosotros

DAY 3 OF 5

La oscuridad no te da señales de que vaya a surgir la luz. Cuando las circunstancias empeoran, la esperanza se desvanece. Nuestro cerebro está diseñado para que, ante el peligro, la amenaza, se activen mecanismos de defensa. La sensación de ansiedad no es más que una emoción para alertarnos, para mantenernos despiertos ante la posible catástrofe que amenaza nuestra vida.

El problema es cuando dejamos que la emoción se asiente, y tome un lugar que no le corresponde. Cuando lo que mis ojos perciben es oscuridad, mi mente tiende a no pensar en nada más que en esa oscuridad, y en sus consecuencias. Pero entonces un impulso, hay algo en nosotros, pequeño, diminuto, que nos hace querer reaccionar. Entonces los miedos aparecen para callar esa voz, y la esperanza, si no se alimenta, se debilita mucho más rápido que el miedo.

Pero ese impulso, ese pequeño destello en la oscuridad, que parece insignificante, si le damos lugar, puede provocar un alumbramiento maravilloso e inesperado. Que transforme la oscuridad en luz.

Durante años, la humanidad había sufrido las consecuencias de la oscuridad. Pero Dios intervino. Una pequeña luz, un bebé, en una humilde familia judía, vino como algo a lo que no prestarle demasiada atención. ¿Quién va a fijarse en un niño? Nacido en el lugar donde duermen los animales de la granja. ¿Nada más que ofrecer?

Pero era mucho más que eso. Él no necesitaba escenarios, ni lujos, no necesitaba nada de eso porque Él estaba en la fundación del mundo, Él era dueño de todo. Pero quería demostrar algo. Que Dios había decidido, por voluntad propia y por puro amor, acercarse a nosotros. Y vino Emanuel.

Entonces la luz, la esperanza, no se desvaneció jamás, porque ahora esa luz, esa esperanza, era una persona, la persona de Jesús. Y vino para quedarse. Y estar con nosotros. La pregunta es, ¿le darás lugar para que alumbre en tu casa, en tu vida?

Day 2Day 4

About this Plan

Emanuel, Dios Con Nosotros

En el principio, Dios habitaba con el ser humano. La relación era estrecha, directa, sin intermediarios y sin impedimentos. Todo se estropeó por causa del pecado, nos extraviamos, nos alejamos de casa, pero entonces, llegó Él. Jesús vino a traer luz a nuestra vida, nos acercó de nuevo al Padre. Ahora Dios está con nosotros, es Emanuel.

More