Belén

Dios habló a través del profeta Miqueas:

“Pero tú, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, de ti saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes son de un pasado distante, desde tiempos antiguos”.

Cuando los Magos llegaron a Jerusalén, Herodes preguntó a los sacerdotes y al maestro de la ley dónde debía nacer Cristo, y ellos dijeron: en Belén de Judea.

En aquella época, César Augusto publicó un decreto ordenando el censo de todo el Imperio Romano. Entonces, José y María fueron a Belén a alistarse, y cuando estaban allí, nació Jesús, y así se cumplió la profecía.