Gloria en Nuestros Sufrimientos.Sample

Día 3: Gracia hacia nosotros mismos

Me sentí frustrado al intentar curar 12 años de trauma complejo y profundamente arraigado en una sesión de terapia. ¡Era poco realista! Mi terapeuta me recordó que necesitaba ser paciente y tener gracia conmigo misma.

La curación no es un proceso de la noche a la mañana. Tendrás días buenos y días malos. Si nuestro Padre poderoso y celestial puede extendernos esa misma gracia, ¿por qué no podemos dárnosla a nosotros mismos también? ¡Estoy agradecida de que no tenemos que hacerlo solos!

Después de resucitar de la tumba, Jesus nos envió un “ayudante” llamado Espíritu Santo. Me entregué completamente a Dios y dejé que el Señor de mi vida hiciera lo que quisiera conmigo, sin importar lo que pareciera o lo que sintiera. Dios es digno de nuestra alabanza siempre. En mis momentos más débiles, Dios me recordó que Su gracia era suficiente para mí.

Pablo en 2 Corintios 12:8-10 habla mucho de esto: “Tres veces le rogué al Señor que me lo quitara. Pero El me dijo: “Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose sobre mí. Por eso, por amor de Cristo, me deleito en la debilidad, en los insultos, en las penalidades, en las persecuciones, en las dificultades. Porque cuando soy débil, ENTONCES soy fuerte”. ¡Esto es tan alentador! ¡Sigue adelante, puede que estemos presionados por todos lados, pero no aplastados!

Dios está por nosotros y no contra nosotros. ¡Hay gloria en nuestros sufrimientos! Lo dice aquí en Romanos 5:1-4 “De modo que, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien por la fe hemos accedido a esta gracia en la que ahora estamos firmes. Y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. No sólo eso, sino que también nos gloriamos en nuestros sufrimientos porque sabemos que el sufrimiento produce perserverancia, y perserverancia carácter, y carácter, esperanza”.

Oración por ti: Querido Padre Celestial, estoy agradecido por la persona que está leyendo esto. Abba, gracias por darles el valor de leer este devocional y dar pasos hacia la curación contigo. Señor, tú sabes exactamente dónde están, te pido que los encuentres allí mismo y dejes que un viento fresco del cielo sople sobre ellos. Creemos que tu palabra está viva; recuérdanos lo que ya nos hablaste cuando más lo necesitamos. Que sus corazones y mentes sean transformados por ti de la manera que mejor te parezca. En los días malos, que dejen de ser duros consigo mismos y, en cambio, recuerden que deben ser amables y pacientes. Coloca personas y recursos adecuados que necesitan para avanzar con éxito. Levanto esto en tu nombre poderoso, amén.

Josué 1:9 “¡Sed fuertes y valientes! Porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”.

2 Corintios 12:8-10 “Tres veces rogué al Señor que me lo quitara. Pero él me dijo: “Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, de buena gana me gloriaré más en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose sobre mí. Por eso, por amor de Cristo, me deleito en la debilidad, en los insultos, en las penalidades, en las persecuciones, en las dificultades. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

Romanos 5:1-4 “De modo que, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien por la fe hemos accedido a esta gracia en la que ahora estamos. Y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. No sólo eso, sino que también nos gloriamos en nuestros sufrimientos porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia, perseverancia, carácter y el carácter, esperanza”.