Cómo Servir a Dios Con Pasión Y Excelencia... Y No Desmayar en El Intento.Sample

Servir produce satisfacción.

Servir a Dios es una maravillosa fuente de realización y satisfacción. Algunos de los mejores momentos en mi vida los he pasado sirviendo a Dios. Desde el principio, sentí en mi corazón volverme disponible para Dios prácticamente en cualquier cosa en que Él me necesitara y créeme, que cuando digo cualquier cosa en realidad no estoy exagerando.

Mi corazón encontraba una indescriptible satisfacción en la medida que me sentía útil para Él. Predicaba en las calles. Cantaba en la iglesia. Me mantenía cerca de mi pastor para ver si le podía ayudar en algo, etc. La verdad, me involucraba en muchas cosas porque realmente servir a Dios me hacía muy feliz. Evidentemente, con el tiempo fui descubriendo la gracia que el Señor había depositado en mi vida y eventualmente encontré mi lugar en el cuerpo de Cristo.

Algunas personas me preguntan cómo pueden descubrir su lugar e identificar su llamado, mi consejo es que sirvan con amor y humildad hasta que descubran su gracia o habilidad así como lo que más les apasiona. En este proceso, desarrollar una relación de amistad con el Señor y pasar tiempo en las Escrituras es clave para ir descubriendo el lugar para el cual nos diseñó.

Recuerdo la primera vez que le hablé a una persona acerca del amor de Jesús. Sinceramente tenía un poco de temor al rechazo y me sentía algo nervioso, pero había algo en mi corazón que me impulsaba a entablar esa conversación, era el Espíritu Santo de Dios por supuesto.

Después de compartir el mensaje, sentí ganas de llorar. Experimente una satisfacción muy hermosa. Más allá de haber hablado de Jesús con alguien en necesidad, sentí gozo por haber obedecido al Señor. Así fue como descubrí que el servir a Dios producía una sensación de realización y alegría muy bella.

Dios nos creó de esta manera, la verdadera felicidad se encuentra en hacer la voluntad de Dios y sabernos valiosos y útiles para sus planes y propósitos.