El Señor me compró para libertad

Escuchando un poco de una predicación, estás palabras entraron directamente en mi mente y pregunto, ¿realmente eres libre? ¿Lo crees de verdad? Porque así es: el Señor te compró para libertad, libertad de enfermedad, de tristeza, de queja, enojo, y de rencor. Te compró a un precio muy alto y te dio libertad para vivir una vida en victoria, una vida en abundancia. Entonces, ¿por qué nos dejamos esclavizar por las circunstancias, los problemas, el enojo, la enfermedad o por las necesidades? Si Jesús pagó con su sangre preciosa por ti y por mí, ¿que estamos haciendo para mantener esa libertad? Muchas veces decimos soy hijo de Dios, ¿pero realmente lo crees? Un hijo de Dios ha sido perdonado, es amado y tiene un propósito. ¿Realmente vives como hijo de Dios? Confiando, creyendo y agradeciendo aún en aquellas temporadas difíciles en tu vida. Dice la Biblia que la fe es aquello que creemos que será sin aún verlo todavía. ¿Crees que Dios está obrando para tu bien? Si es así entonces cree que todo te ayuda a bien, problemas o necesidad, enfermedad o tristeza cada situación que estés pasando hoy, es para tu bien. Recuerda que tu Padre la conoce, que Él tiene el control y que eso que estás viviendo te ayudará a crecer, serás más agradecido y podrás conocer de una manera más íntima a Dios. ¡Fuiste comprado por el Señor para libertad!

Hay muchas promesas en la Biblia, muchas palabras que puedes hacer tuyas para mantenerte en libertad.

Algo que puede ayudarte es : Es la renovación de tu mente Romanos12:2. No te adaptes a lo que el mundo dice que es correcto, tú eres llamado a trastornar al mundo, así como lo hicieron los discípulos, porque tú eres un discípulo también.

Enfoca tus pensamientos dice Filipenses 4:8. Cuando pienses en algo que te roba la paz recuerda este pasaje y piensa en lo que es verdad porque en nuestro enojo, podemos tener pensamientos que exageran lo malo, los errores o los defectos.

Recuerda siempre que Dios te ama aún cuando todavía pecas. Él te ama. El amor de Dios no depende de lo que hagas o dejes de hacer, su amor se basa en quien es Él y Dios es amor.

Busca su dirección para todo lo que hagas o digas. Recuerda que su voluntad es buena agradable y perfecta. En un mundo que podemos ver que anda de cabeza, donde a lo malo se dice que es bueno y a lo bueno que es malo podemos llenarnos de sentimientos de ansiedad o desesperanza, de quejas, de enojo o rencor. Y eso quitará la libertad que Jesús nos ha dado. El enemigo viene para robar matar y destruir, pero hay algo muy importante para tomar en cuenta, ese enemigo ya ha sido vencido, todo de lo que te acusa, ha sido perdonado, todo lo que intenta robar tu paz, son mentiras de alguien que no puede tener todo lo que Dios te ha dado a ti. Así que hoy te invito a creer que eres libre, que eres hijo de Dios perdonado, amado y bendecido

El Señor nos compró para libertad y yo lo creo. Soy libre de toda condenación, soy libre para agradecer por todo, soy libre para perdonar y saber que soy perdonado, soy libre para amar y estar seguro que soy amado y soy libre para compartir con otros a Jesús. Tienes un propósito en esta vida y nadie más lo puede cumplir en tu lugar. Fuiste creado para ser de bendición, para dar a otros el amor de Cristo, para animar a aquel que hoy está mal, a orar por los enfermos y sus necesidades. Pero también eres un embajador que representa a Jesús aquí delante de otros, así que hazlo de la mejor manera, no estás solo el Señor está contigo siempre. Recuerda eres la creación maravillosa de Dios.

Pensando en...

Te necesito Jesús, hay un canto que dice, Señor Jesús ven y toma tu lugar.

Cual es el lugar que ocupa en tu vida, en tu corazón, en cada momento, pensamiento del día, en cada cosa que haces o dices, en cómo tratas a los demás. ¿Cuánto te quejas, cuánto agradeces? Señor Jesús ven y toma tu lugar, toma el control, lléname de amor, dame más de ti, que pueda reflejarte, que sea agradecido, que todo lo que soy te agrade.

Señor Jesús ven y toma tu lugar, sana todas mis heridas, limpia todas mis rebeliones, perdóname y enséñame a perdonar, a dar gracias por todo, que todo mi ser te de honra y gloria.

Te necesito Señor Jesús, ven y toma tu lugar. Guarda mi corazón y mi mente, que nada tome tu lugar, que nada me haga olvidar que en ti estoy seguro. Toma tu lugar Señor Jesús y sigue obrando en mí.

Oración

Dios, gracias por recordarme que soy tu creación maravillosa y que sigues trabajando en mí para mi bien, ayúdame a recordar también que nadie es perfecto solo tú, para agradecer por sus vidas que también están en proceso, que tú no nos vas a dejar así y que la libertad que Cristo compró para nosotros, nos da paz, amor y gratitud por todo. En el nombre de Jesús, amén.