PerdónSample
Un estilo de vida de perdón continuo
Efesios 4:26-27 revela un principio espiritual importante y a menudo desconocido. La Biblia dice: “Si se enojan, no pequen”. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol, ni den cabida al diablo”. Cuando permitimos que la ira crezca dentro de nosotros durante días, semanas, meses y a veces años, permitimos que el enemigo se afiance en nuestras vidas y que nos robe la vida abundante que tenemos en Cristo. En Efesios Pablo tiene claro que la ira en sí misma no es un pecado; pero cuando dejamos que la ira permanezca en lugar de elegir la gracia y el perdón, entonces rompemos el mandato de Dios.
Cuando las personas nos hacen mal la respuesta natural es estar enojado, ¡y eso está bien! Jesús mismo estaba a menudo enojado. Mateo 21:12 nos dice: “Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas”. Jesús estaba constantemente enojado con aquellos que decían conocer a Dios y se aprovechaban de los demás. Nada lo enojaba más que las personas farisaicas. Pero Jesús también fue ejemplo de perdón de la forma más elevada. En lugar de llenarse de ira y permitir que se pudriera dentro de él, ofreció su vida por su amor a las mismas personas que gritaban “¡Crucifícalo!” Y “¡Libera a Barrabás!”
La verdad es que nuestra ira es a menudo un síntoma de nuestro quebrantamiento más que el resultado de los errores de los demás. A menudo, la ira está arraigada en nuestras propias inseguridades y orgullo en lugar de ser una ira por justicia justa. Es por esta razón que la Biblia nos dice una y otra vez que debemos ser lentos para enojarnos. Santiago 1:19-20 dice: “Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse”. Proverbios 19:11 dice: “El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa”. Y Proverbios 29:11 dice: “El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla”.
El Señor desea convertirnos en personas colmadas de su gracia y compasión y no llenas de nuestra propia ira y nuestro orgulloso sentido de justicia. Dios, quien lo merecía todo, lo dio todo para mostrarnos la gracia. Jesús es el legítimo Rey de reyes y Señor de señores. Pero en lugar de reclamar lo que legítimamente era suyo, se humilló ante un prefecto romano y un pueblo rebelde y abandonó su propia vida. Ahora él te pide que hagas lo mismo: Jesús te está pidiendo que depongas tus derechos y tu orgullo para seguir un llamado más elevado de amor incondicional. Te está pidiendo que muestres gracia donde nadie se la merece. Te está pidiendo que ofrezcas misericordia donde no debería haberla. Te está pidiendo que perdones a los demás para que el cielo pueda venir a la tierra a través de tus acciones. Comprométete a vivir un estilo de vida de continuo perdón y permite que Dios trabaje a través de ti para llevar la salvación y una relación restaurada a un mundo que necesita desesperadamente un Salvador.
Guía de Oración
1. Medita en el mandato de Dios de vivir un estilo de vida de continuo perdón. Deja que su palabra te llene con el deseo de ser lento para enojarte y rápido para perdonar y ofrecer gracia.
“Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol, ni den cabida al diablo” Efesios 4:26-27.
“Más vale ser paciente que valiente; más vale el dominio propio que conquistar ciudades” Proverbios 16:32.
“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” Efesios 4:32.
2. ¿A quién necesitas perdonar hoy? ¿Qué ira has permitido que amargue tu corazón?
3. Perdona a esa persona o a esas personas en tu corazón ahora mismo. Ofréceles gracia en tu corazón para que recibas sanación en lugar de amargura.
“Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” Santiago 1:19-20.
“Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados” Marcos 11:25.
Scripture
About this Plan
Vamos a ver cómo Dios anhela moldearnos a su semejanza para que podamos modelar el amor que se nos ha mostrado a un mundo sin concepto de misericordia. Que estés lleno de coraje y audacia para ofrecer el perdón a aquellos que necesitan desesperadamente la gracia. Y que el amor de Dios brille a medida que entras en tu llamado como ministro de reconciliación.
More