¿Me amas?

Me detuve a reflexionar sobre la pregunta que Jesús le hizo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". Esta pregunta me hizo pensar en mi propia relación con Dios y en el verdadero significado del amor que Él espera de nosotros.

La respuesta de Pedro resonó en mi corazón cuando afirmó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Sin embargo, la respuesta de Jesús no se limitó a aceptar su afirmación de amor, sino que fue más allá. Jesús le dijo a Pedro: "Entonces, alimenta a mis corderos". Esta respuesta me hizo comprender que el amor de Dios no se trata simplemente de palabras bonitas o de una aceptación incondicional de quienes somos y lo que hacemos.

El amor de Dios es un amor transformador que nos desafía a amarlo más que cualquier otra cosa en nuestra vida. Nos invita a examinar nuestras prioridades y a evaluar si hay algo que amamos más que a Él, algo que nos impide seguirlo por completo. Puede ser nuestros deseos egoístas, nuestras ambiciones personales o incluso nuestras relaciones más cercanas. ¿Estoy dispuesto/a a poner a Dios por encima de todo lo demás en mi vida?

Es importante reconocer que amar a Dios implica compromiso y acción. No es suficiente con decir que lo amamos, sino que debemos demostrarlo en nuestra forma de vivir y tomar decisiones. Es posible que haya áreas de mi vida en las que he colocado mis propios deseos y preferencias por encima del amor y la voluntad de Dios. Esta reflexión me desafía a examinar mi corazón y a hacer ajustes si es necesario.

Para cultivar un amor profundo y comprometido con Dios, debo estar dispuesto/a a entregarle completamente mi vida y rendirme a Su voluntad. Esto implica confiar en Él incluso cuando los caminos son difíciles y desconocidos. ¿Estoy dispuesto/a a dejar que Dios tenga el control total de mi vida y a seguirlo sin reservas?

Mi deseo es que esta reflexión nos lleve a examinar nuestras prioridades y a cultivar un amor verdadero y comprometido con Dios. Que podamos reconocer cualquier obstáculo que nos impida seguirlo por completo y buscar Su guía para hacer los cambios necesarios. Que nuestro amor por Dios sea transformador, llevándonos a tomar decisiones y vivir de acuerdo a Su voluntad en todas las áreas de nuestra vida.

Que el amor de Dios nos inspire a amarlo más que a cualquier otra cosa y a entregarle nuestro corazón por completo.

Preguntas de Reflexión:

• ¿Qué es aquello que amas más que a Dios y que podría estar obstaculizando tu entrega total a Él?
• ¿Cómo puedes demostrar tu amor a Dios en acciones concretas y tomar decisiones que reflejen tu compromiso con Él?