Escudriñad Las EscriturasSample
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Corintios 3:18 RVR1960).
¿Has pensado alguna vez en el hecho de que el hombre es la única criatura que Dios creó que tiene que vestirse para cubrirse? A todas las demás criaturas les crecen sus propias coberturas. A algunos les crece pelo, a algunos plumas, a otros escamas.. Pero todos están vestidos de adentro hacia afuera
La mayoría de la gente no se da cuenta, pero al principio, el hombre también estaba vestido de esa manera. Fue creado a imagen de Dios.
Cuando el hombre fue creado, él también era así. Estaba cubierto de la misma gloria de Dios. Irradiaba de su ser interior hacia afuera. Es por eso que no sintió la desnudez hasta después de que pecó y la gloria se apartó de él.
Fue un día trágico cuando el hombre perdió esa cubierta gloriosa. Pero quiero que sepas algo hoy. No está pérdida para siempre. La Palabra de Dios dice que podemos recuperarla.
La Biblia dice que si miras el rostro del Señor al estudiar la Palabra y tener comunión con Él, a medida que renuevas tu mente para entender quién eres en Cristo, también serás cambiado a Su imagen en el exterior. A medida que aprendas a escuchar Su voz y a obedecerla, comenzarás a dar una expresión externa de la gloria dentro de ti.
En lugar de simplemente mirar dentro de tu armario todas las mañanas, pasa algún tiempo mirando a Jesús y contemplando Su Palabra. Deja que Él te vista con Su radiante presencia. Una vez que Su gloria comience a brillar, cualquier cosa que uses se te verá muy bien.
Iglesia La Embajada.
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El modo de saber si lo que alguien dice de Dios es cierto, es escudriñar las Escrituras para ver si esto es así. Nada que no cuente con el testimonio de las Escrituras se puede considerar como verdadero. Esto es una de las mejores prácticas que podemos asumir como creyentes. Sabemos que es un mandato del Señor. Pero hoy, cuando la tecnología nos inunda y las actividades del día a día nos agobian, nos excusamos en la gracia de Dios y lo pasamos por alto. Esta negligencia nos ha conducido más y más a la impiedad.Tanto que algunos cristianos, consciente o inconscientemente, ante cualquier problema por pequeño que parezca recurren primero a las los hombres antes que ir al consejo perfecto y eterno de Dios.
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