Enfermos del alma

Hola, espero que Dios te bendiga hoy y siempre. Quisiera poder compartirte en este devocional parte de mi testimonio, el cual me salvo la vida. Si me permites te compartiré la cura que Dios le dio a mi corazón hace ya 4 años.

Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido derrotados, sin esperanza o destino, sin un lugar al cual llegar. Creyendo que no tenemos propósito, que no tenemos un lugar asegurado en la eternidad al cual llamar nuestro hogar. Lo sé muy bien porque como cualquier persona, llegamos a sentir aflicción en nuestro corazón, ese tipo de dolor que desgarra el alma, que te hace sentir perdido. Pero, un día llegó a mi vida un regalo que quisiera compartir contigo, mas que un regalo, fue la cura para mi vida desordenada y vacía.

Antes de realmente haber encontrado el rostro de Jesús y Su llamado a mi vida, yo era lo que llama la Palabra una persona tibia. Es decir, conocía de la Palabra de Dios, pero no la aplicaba, ni siquiera pensar en vivirla, porque no había sido revelada aún en mi vida.

La medicina estaba a la puerta, pero yo la cerraba con mis acciones todo el tiempo… Es algo que, como seres humanos, está arraigado en nuestra naturaleza pecaminosa. Cometer u omitir cosas que sabemos que realmente están mal, sin pensar en lo que estamos haciéndole sentir y diciéndole a nuestro Padre. No sé si has escuchado que la tentación es la oportunidad perfecta para decirle a Dios: “Te amo más a ti, que a mis propios deseos”, pero cuando decidimos seguir pecando estamos poniendo a nuestros ídolos primero que a Dios.

Un ídolo no solamente es una estatua, santo, amuleto, etc. al cual se le rinde culto o se le atribuyen cierta importancia “divina”. Un ídolo es todo lo que ocupa el primer lugar en nuestra vida antes que Dios, por ejemplo, un ídolo que vemos cada día es el dinero. Hay personas que dependen más del dinero que de Dios, sabiendo que el proveedor de ese dinero es el dueño del oro y de la plata, Dios Padre.

Hay personas tan pobres en la vida que solo tienen dinero…

“El dinero trae felicidad y estabilidad”, dicen muchas personas, pero no saben que realmente el VACÍO y quisiera llamarlo en este momento “LA HERIDA” que cada ser humano en este planeta tiene, solo la podrá sanar el dueño de la cura…

No me mal entiendas, no digo que tener dinero esté mal, si con la mucha o poca provisión que te da Dios haces lo que sabes que a Él le agrada, estás viviendo con propósito. Si tú eres fiel en lo poco Dios te recompensa en lo mucho. Dios es un Padre de amor y abundancia, Él no te quiere ver pobre, ni de espíritu ni financieramente.

Preguntémonos en este momento, ¿qué ídolo tengo que destronar para que Dios tome el trono de mi corazón? Puede ser el alcohol, puede ser una relación tóxica, puede ser la lujuria, pueden ser muchas cosas que normalizamos. Pero, esta es la verdadera ENFERMEDAD que entra a nuestra vida, y de la cual te contaba que padecía hace 4 años, yo era un idólatra en muchas áreas de mi vida… y al igual que tú, necesitaba la única y verdadera cura.

En el siguiente capítulo veremos que enfermedades podemos padecer y sus síntomas. Bendiciones, Cris.