Jesús: El Vino Nuevo Para Odres NuevosSample
“Nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues los cueros viejos se reventarían por la presión y el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados. El vino nuevo se guarda en cueros nuevos para preservar a ambos” (Mt. 9:17).
Nuestro desespero por darle un sentido de total satisfacción y significado a nuestra existencia, en oportunidades nos obliga a llevar nuestra vida al límite con el fin de obtener más por encima de cualquier gratificación temporal o superficial. Muchas personas sueñan solamente con obtener riqueza y fama, y hacen lo que sea para obtenerla, pues creen que esto les da valor y significado. Otros, sin embargo, buscan su significado sumergiéndose en el reducido espacio de las marcas y la apariencia: Visten la ropa de moda, comen en ciertos lugares, conducen cierto tipo de auto y se juntan con la gente “correcta”.
Pero, pensemos qué pasaría si en lugar de buscar afuera de nuestro ser, en el “exterior” el significado y propósito de nuestra existencia, lo buscamos dentro, en nuestro “interior” y más exactamente en nuestro espíritu.
Las escrituras aseguran que Dios es Espíritu, nos ha dado de Su Espíritu, nos ha hecho un Espíritu con Él y por su gracia, fuimos hechos hijos de Dios por el Espíritu. Hijos creados, más no nacidos; una nueva creación en Dios por medio del Espíritu. (2 Cor.5:17, Rom. 8:16, Jn.4:24, 1Jn.4:13, 1Cor.6:17).
Si es verdad que el hombre es esencialmente espíritu, entonces descubrir nuestro origen e identidad espiritual liberaría una dimensión de pensamiento, expresión e identidad que supera de lejos nuestro auto esfuerzo por darle sentido y significado a nuestra vida a través de lo que hacemos, en lugar de lo que somos (Rom. 12:1-3).
Las escrituras nos dejan vislumbrar que la vida es una frágil llama en su estructura humana, pero una hoguera eterna en su dimensión espiritual. Por tanto, la única esperanza que tenemos de experimentar la gloria que Dios quiere para nuestras vidas desde la tierra y para siempre, es Cristo viviendo en nosotros, a través nuestro, como nosotros (Col. 1:27).
Entonces, conocerlo a Él y encontrarnos íntimamente con Él en la profundidad de nuestro ser, debe ser el más maravilloso y atractivo regalo que la vida nos diera jamás. Jesús es, por tanto, el vino nuevo que el Espíritu Santo derrama en odres nuevos.
Si deseas conocer a Dios, debes conocer a Jesucristo en lo intimo de tu ser, pues Jesucristo no solo define la fe de Dios, sino que de paso es la sustancia y la evidencia de todo lo que Dios es; Él es Emmanuel - Dios con nosotros.
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Nuestro desespero por darle un sentido de total satisfacción y significado a nuestra existencia, en oportunidades nos obliga a llevar nuestra vida al límite con el fin de obtener más por encima de cualquier gratificación temporal o superficial. Pero, pensemos qué pasaría si en lugar de buscar afuera de nuestro ser, en el “exterior” el significado y propósito de nuestra existencia, lo buscamos dentro, en nuestro “interior” en nuestro espíritu.
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