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Inmune Al Temor – Semana 2Sample

Inmune Al Temor – Semana 2

DAY 4 OF 7

¡Tome sus armas!

¿Dónde están nuestras armas? Pablo escribió: “Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti” (2 Tim. 1:6). Ordenó que “avivemos”. Esta palabra tiene que ver con el fuego; el fuego se aviva para que las ascuas comiencen a arder. Significa “encender” y “hacer arder”. No se enfríe; ¡avive ese fuego! Use el abanico para reanimar las ascuas que se están apagando. La Palabra de Dios y los dones del Espíritu son nuestras armas para hacer frente a los ataques del enemigo.

Estos dones se describen en 1 Corintios 12:1-11: “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a este es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”.

Estos dones del Espíritu son nuestras armas, y el diablo ha hecho todo lo posible para impedir que los cristianos los usen. Por muy valiosos que sean los dones naturales, nunca pueden sustituir a los dones del Espíritu Santo; y lo que es más importante: no deben confundirse con ellos. Por ejemplo, muchos clérigos y médicos se han opuesto a la sanidad divina. Han magnificado las historias de aquellos que han sido “decepcionados” porque no han sido sanados inmediatamente. Por conveniencia, se han olvidado de que los médicos decepcionan a millones de personas cada día. Casi todas las personas que están en un cementerio han estado antes en el médico, ¡y aún así nadie sería lo suficientemente necio como para exigir que se cierren todos los hospitales! Otros están en contra de la sanidad divina simplemente porque algunas personas no se sanan y, por lo tanto, no ministran a los enfermos. ¡Esto deja sin sanidad a todos! ¿Dónde está la compasión o la obediencia a las Escrituras? Algunos cristianos han dejado que su arco y sus flechas (sus dones y armas espirituales) se llenen de polvo en un rincón por culpa de los críticos. Bajan las armas que Dios les ha dado, y aceptan la derrota por temor al hombre. Otros han sido dañados tal vez por comentarios de otros creyentes y, por lo tanto, han desechado sus dones. Los han “perdido”, a pesar de que Dios nunca los reclama, porque “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Romanos 11:29).

El Señor nunca ha enviado a un santo a la batalla sin armas. Precisamente por eso, antes de Su ascenso al cielo Jesús les dijo a los apóstoles que se quedaran en Jerusalén hasta que viniera el Espíritu Santo. Él sabía que necesitarían recibir el poder del Espíritu Santo y Sus dones. El poder del Espíritu Santo y los dones espirituales deben ser devueltos a todos y cada uno de los creyentes. Escuche las palabras del Señor. Vuelva al día y al lugar en el que dejó esos dones, y pídale al Señor que le perdone. ¡No tenga miedo! No se desespere, porque los dones siguen ahí aunque tal vez estén dormidos. Séquese las lágrimas de desesperación y tristeza, ¡y vuelva a tomar sus armas!

Scripture

Day 3Day 5

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Inmune Al Temor – Semana 2

Ahora estamos mucho más conectados a nuestras familias y seres queridos a través de las tecnologías modernas que tenemos. Eso sin mencionar que muchas personas se están dando cuenta de que sus horarios se han liberado durante este periodo, y ahora tienen más tiempo para la comunicación interpersonal y para reflexionar en lo que más nos importa a nosotros y al Señor: las personas.

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