Hacia Lo DesconocidoSample
Antes de que clames, yo responderé
Dios le había dado la visión a Reinhard Bonnke de que “África será salva, ¡desde Ciudad del Cabo hasta El Cairo!”. Por lo tanto, a mitad de los años ochenta, Peter y el equipo de CfaN sabían que era el momento de extenderse y salir de Sudáfrica. Se decidió que él acompañaría a Reinhard en un viaje de reconocimiento a África Occidental, algo que era muy difícil de hacer para los residentes sudafricanos en los tiempos del apartheid.
Cuando su vuelo llegó a Duala, Camerún, justo después de la media noche, Reinhard se inclinó hacia Peter y le dijo: “Peter, conozco a un misionero alemán que solía trabajar en Camerún. Me dijo que Duala es un lugar muy peligroso. No debemos salir del aeropuerto solos, porque la gente secuestra y mata para quedarse con el equipaje, y mucho más por el dinero”.
Después de pasar por aduanas, Peter comenzó a buscar un teléfono en la casi abandonada sala principal de llegadas para contactar con el misionero de contacto. Pero todos los teléfonos eran de monedas, y lo único que él tenía era un billete que ya no era de curso legal. Desanimado, observó una cabina telefónica más moderna cerca que funcionaba con tarjeta. Desesperadamente acudió a la única persona visible, un anciano con una gabardina que limpiaba el piso a cierta distancia, y le pidió ayuda. Para su alivio, tenía una tarjeta y accedió a usarla para la llamada de Peter. Cuando terminó, Peter se volteó para darle al hombre algunos dólares estadounidenses como muestra de gratitud, pero ya no estaba.
Peter y Reinhard metieron sus maletas con calzador en el diminuto automóvil del misionero, y Peter le explicó su dificultad para hacer la llamada. Al oír lo de la tarjeta telefónica, el misionero lo miró perplejo. “Esas cabinas telefónicas no funcionan”, dijo él. “Son una gran broma, instaladas por una compañía francesa que ni siquiera comprueba que puedan conectar con nuestro sistema local…”.
Dos días después, era el momento de irse de Camerún. Al llegar al aeropuerto, Peter fue directamente a las cabinas telefónicas modernas y levantó el auricular; no había línea. Revisó la parte trasera y ahí estaban los cables del teléfono, todos atados con un gran nudo y sin estar conectados a nada.
Peter recuerda: “Reinhard me miró por un momento, después sonrió y dijo: ‘Peter, ese hombre con la gabardina era un ángel’.
Hasta ese momento, no podía decir de cierto que creía en los ángeles. Pero nuestras vidas estaban en peligro, recibimos ayuda milagrosamente en una situación imposible, y no tengo otra explicación que dar salvo que Dios nos envió un ángel aquella noche en Duala: "un ángel vestido de gabardina”.
Scripture
About this Plan
Este devocional es una real aventura en el evangelio de una vida dedicada a seguir el propósito de Dios. Siempre es un riesgo, algunas veces con peligro por territorios difíciles, de intervención milagroso y sobrenatural, provisión divina y, sobre todo, la fidelidad de Dios. Usted, ¿está listo para seguir valientemente el llamado de Dios?
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