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"Ya no puedo más".
Hay días donde simplemente sientes que ya no puedes más. Donde incluso la ansiedad entra sin avisar.
Cuando solía tener ataques de ansiedad corría al refugio mas cercano que encontraba: personas, medicamentos, incluso actos auto destructivos. Al principio todo eso calmaba mi ansiedad o los pensamientos depresivos, pero me fui dando cuenta que me estaba refugiando en los lugares equivocados. No me mal entiendas, está bien pedir ayuda, consejos, hablar con alguien. Pero, dejamos a un lado a quien verdaderamente puede proteger nuestra mente y corazón: nuestro Creador, nuestro Padre.
La Palabra dice que Él es nuestro refugio, nuestra porción, toda suficiencia la encontraremos únicamente en Jesús. Si Él fue quien te creó, quien decidió que vinieras a esta vida, quien te conoce desde el vientre de tu madre y te ama tanto, Él puede protegerte y restaurarte cuando ya no puedes más.
Es complicado decidir orar en medio de un ataque de ansiedad porque pensamos que eso no funcionará, pero créeme que el mejor refugio siempre será en los brazos del Padre. Él te ama tanto y te conoce tan bien, que sabe cómo reparar tu corazón porque Él lo creó.
El Señor no te fallará, no te abandonará, Él tiene sus brazos abiertos para que corras a ellos. Ora, ora sin cesar, no pares de clamar y buscar el rostro del Señor porque Él escucha, a pesar de ser Dios y estar por sobre todo, Él te escucha.
¿Hacia dónde corres cuando todo sale mal?
About this Plan
Seas creyente o no, si estás sufriendo de depresión o ansiedad te invito a que conozcas a la persona que tomó mi mano aquellos días de oscuridad y me llevó hacia la luz, pues estoy segura de que Él puede hacerlo contigo también. Cristo me sanó del trastorno bipolar y confío que Él puede restaurar todo aquello que está destrozado.
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