Enfrentando La AdversidadSample

No Dejes de Amar

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna.

Juan 3:16

Para ser felices necesitamos amar y sentirnos amados. Si ante el rechazo, la indiferencia y el desamor reaccionamos con el perdón y el amor, nos estaremos haciendo el bien. ¡No es imposible! El amor salva. Dios, por amor, entregó a Su Único Hijo para que a pesar de nuestros pecados pudiéramos vivir eternamente. Sólo necesitamos tener fe en Él.

La adversidad no dejará de tocar a nuestras puertas, puede llegar en el momento menos esperado. En mi vida, todo parecía en mi contra, el apagón al momento de nacer, los tres paros cardíorrespiratorios, el mes que viví en estado de coma, las posibles secuelas neurológicas, el rechazo de mis amigos en la escuela y mis luchas por ser tomada en cuenta a pesar de mis diferencias. Cuando descubrí que no podía cambiar nada y que estaba en mis manos usar mis experiencias para mi bien y para el bien de los demás, decidí amar y agradecer. A partir de esta decisión, mi vida cambió para bien. El amor que sentí de Dios me hizo libre.

Por muchos años, cuando intenté mis sueños, recibí muchos “NO” como respuesta. Sin embargo, el amor, la perseverancia y la fe convirtieron a la “niña incapaz” en una “mujer victoriosa". Aprendí que el amor de Dios es suficiente para vencer la angustia y el rechazo. Descubrí que no existen razones que puedan destruir mi alegría, ni derrumbar mis sueños. El amor de Dios me convirtió en una mujer humilde y valiente que no teme ni desmaya porque le cree a Él. Dios estará a nuestro lado a dondequiera que vayamos. No estamos solos en nuestras luchas.

Cuando “nada, totalmente nada haga lógica en tu mente”, aférrate al amor de Dios y ¡NO DEJES DE AMAR! Esta es la mejor manera de vencer tus más grandes batallas.

Recibe la adversidad como una gran oportunidad de acercarte a Dios y de ejercitar tu fe. A pesar del mal momento, no permitas que el gozo falte en tu vida. En las tormentas de la vida, recuerda los abrazos sinceros y las muestras de amor. Dios nos regala Su amor de diferentes maneras: en el abrazo de un amigo, en la sonrisa de un niño, en la palabra de aliento del desconocido. Ama como si fuera hoy tu última oportunidad para hacerlo. Déjate amar y sé fiel a tus valores. ¡Recuerda que no estás solo en tus luchas! Cuida tu corazón y aprende de cada experiencia. Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien… (Romanos 8:28)

Reflexionemos juntos:

Los malos momentos se vencen con buenas acciones. No dejemos de amar, ni de enfrentar nuestros retos con fe. Nunca dejes de amar, ni de buscar la felicidad en medio de la dificultad. Siempre lucha por tus sueños, no creas en lo que te destruye. Por el contrario, cree en Dios, confía en lo que Él puede hacer en ti y por medio de ti. ¡Cree en el amor de Dios y ama. ¡Ámate! Estarás mejor preparado para enfrentar la adversidad. Yo lo he logrado. Estoy segura que tú lo lograrás también.