Confiando en Dios a Pesar del SufrimientoSample
Lectura: Romanos 8:18–39
DEVOCIONAL: Romanos 8:24–25
Porque en esperanza somos salvados; pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza; porque lo que uno ve ya no lo espera. Sin embargo, si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, entonces lo esperamos con paciencia.
Las palabras de Pablo en Romanos 8 nos recuerdan que confiar en Dios no es una acción pasiva. En cambio, es una elección consciente, un compromiso diario de recordar quién es Él y lo que ha prometido. Cada vez que nos aferramos a Sus promesas, cada vez que recordamos cómo Dios ha prometido la redención, aumentamos nuestra fe.
El sufrimiento que experimentamos en este mundo es el resultado del pecado. Nuestro sufrimiento personal puede no ser el resultado del pecado, pero la razón del quebrantamiento, el dolor, la esclavitud y la decadencia sí es el pecado. La creación incluso sufre bajo el peso del pecado, ella misma es esclava de la descomposición. Nuestro mundo literalmente clama, gime, esperando libertad y redención.
Estamos esperando la redención. Y cuando estamos en Cristo, tenemos el don de la esperanza en lo que está por venir. Él ha prometido una redención gloriosa, tanto la redención física como espiritual de nuestros cuerpos, pero aún está por venir. Vivimos en la tensión de conocer lo prometido y esperar su llegada. Vivimos en el “no todavía”.
Pero en el “no todavía” nos aferramos a la esperanza, la esperanza de la redención completa por medio de la obra de Jesucristo. En medio de la esclavitud, nos aferramos a esta esperanza. En medio de la decadencia, nos aferramos a esta esperanza. A medida que nuestros cuerpos se rompen, nuestras mentes cambian, nuestros seres queridos mueren o nuestros gobiernos se desmoronan, nos aferramos a esta esperanza. Porque en esta esperanza somos salvas. Cuando nuestra esperanza está en la obra de Cristo, en Su sacrificio, resurrección y regreso, somos salvas.
Esta esperanza es la que nos permite continuar. Sin la esperanza de que algún día experimentaremos la gloria de Cristo y nuestra completa redención, no tenemos razón para elegir confiar en Él. Nuestra elección activa de aferrarnos diariamente a Sus promesas es lo que aumenta nuestra esperanza.
Puede que nunca sea fácil, pero podemos aprender a soportar. La resistencia es una práctica, una disciplina. Un corredor no puede correr una maratón sin correr primero una milla, luego otra y otra. Necesita sufrir en su entrenamiento para acumular resistencia, de lo contrario, no completará la carrera. De la misma manera, solo aprendemos resistencia al soportar. A medida que elegimos creer que Aquel que nos salvó también nos redimirá del sufrimiento, desarrollamos nuestra resistencia mientras esperamos ansiosamente Su regreso.
Scripture
About this Plan
El sufrimiento es un huésped no deseado en nuestras vidas. Irrumpe sin previo aviso, causando estragos en nuestras relaciones, salud y finanzas. Nunca sabemos cuándo se irá y nos hace dudar de la bondad de Dios y cuestionar si Él es digno de confianza o no. En este estudio de cuatro semanas, aprenderás que está bien clamar a Dios en medio del sufrimiento, como David, Jeremías y Pablo.
More