La Alegría – Descubriendo La Alegría en Medio Del DolorSample
Definición de alegría: No es de bajo costo
En el año 2020, un documental titulado El peso del oro destacó los desafíos que enfrentan muchos competidores olímpicos que han ganado medallas de oro. La alegría explosiva que experimentan de pie en el podio de la victoria no es de bajo costo. Viene como resultado de un gran sacrificio.
Un aspecto similar de la verdadera alegría se encuentra en la historia de Navidad cuando María y José llevan a su precioso recién nacido al templo. Ese mismo día, el Espíritu de Dios llevó al templo a un hombre piadoso llamado Simeón, quien esperaba ansiosamente la llegada del Mesías porque el Espíritu le había prometido que vería al Mesías en la carne antes de su muerte.
María y José llegaron al templo para cumplir con la costumbre de presentar a su nuevo bebé al Señor y, milagrosamente, ¡Simeón reconoció al niño como el Mesías prometido! Simeón profetizó sobre el recién nacido y bendijo a la familia mientras María y José se maravillaban con sus palabras.
Luego, en una inusual declaración, Simeón dirigió su atención a María y le dijo: «En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma».
El dolor de María ya no estaba envuelto en la vergüenza cultural del embarazo antes del matrimonio. Ahora, lo que se vislumbraba en el horizonte es la dura realidad de las dificultades que soportaría su hijo, una realidad que María aún no comprendía.
Pronto se hizo evidente que el favor otorgado en su vida tendría un costo que no sería bajo. Su alegría tuvo un alto precio. La magnitud del sacrificio personal de María no terminó después de unos meses de estigma social. El llamado de Dios a su vida incluía un costo continuo. Más específicamente, el dolor futuro de presenciar el sufrimiento y la crucifixión de su hijo.
Como vemos en la historia de María, la verdadera alegría no implica un intercambio: paga hoy y tendrás alegría mañana. En vez de ello, tanto para María como para nosotros hoy, la verdadera alegría florece lado a lado del sacrificio en el mismo terreno del profundo dolor.
Reflexión:
¿He vivido suponiendo que la alegría será posible solo después de que terminen ciertas dificultades? ¿Estoy dispuesto a regocijarme en el Señor, aun cuando pueda experimentar una temporada que me traspase el alma?
Oración:
Señor, nunca prometiste que la vida sería fácil, pero sí prometiste que estarías siempre conmigo y que en tu presencia hay plenitud de gozo. Ayúdame a abrazar la belleza escondida entre las cenizas y a regocijarme a pesar de los sacrificios de la vida.
Scripture
About this Plan
¿Será que las mayores alegrías de la vida tienen sus raíces en los grandes placeres, o será que está ocurriendo algo más profundo? En este inspirador plan de siete días, descubrirás una verdad sorprendente que es parte de la historia navideña. Emmanuel, Dios con nosotros, hace crecer la verdadera alegría en el terreno de nuestro dolor.
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