Romanos: Teología Para Todos (12-16)Sample

En cualquier deporte, un buen entrenador acompaña al atleta para alentarlo y exhortarlo a que derrame su energía hacia un resultado final. El apóstol Pablo hace precisamente esto, instando a los creyentes a ofrecer toda su vida en adoración a Dios. En el Antiguo Pacto, se hacía un sacrificio cuando se quitaba la vida a un animal, pero en el Nuevo Pacto, adoramos a Dios ofreciéndonos como sacrificios vivos para servir a Dios con nuestra cabeza, corazón y manos. Para el cristiano, la adoración incluye cantar canciones en la iglesia, pero se extiende mucho más allá hacia nuestros pensamientos, sentimientos y acciones en cada momento de cada día.

Cabeza – no debemos conformarnos con las tonterías necias de nuestro mundo, sino que debemos ser transformados por la sabiduría de la Palabra de Dios para tomar decisiones que estén alineadas con la voluntad de Dios. Esto se aplica a las cosas más prácticas de la vida, desde el dinero que gastamos, las relaciones que tenemos, el trabajo donde trabajamos, las palabras que decimos o el sexo que tenemos.

Corazón – con humildad, debemos ser honestos acerca de quiénes somos y dónde pertenecemos en la familia de Dios. Todos están llamados a servir de diferentes maneras y posiciones. Algunas personas están llamadas a liderar, otras a seguir. Algunos son llamados a un rol por una temporada y luego reasignados para una nueva temporada. Pase lo que pase, en el pueblo de Dios se necesita el uno al otro y se debe apreciar, honrar y respetar las contribuciones de los demás, ya que nos necesitamos unos a otros de la misma manera que nuestro cuerpo necesita cada parte. Esto proporciona nuestra unidad, respetando al mismo tiempo nuestra diversidad.

Manos – Dios el Espíritu Santo ha dotado a cada cristiano de al menos una habilidad ministerial para hacer una contribución significativa a la causa de Cristo. Hay cinco listas diferentes de dones espirituales en el Nuevo Testamento en 1 Corintios 12:8-10 y 12:28; Romanos 12:6-8; Efesios 4:11; y 1 Pedro 4:11. Dado que cada una de estas listas es diferente, es dudoso que compilar todas las listas juntas proporcione una lista completa. En cambio, es mejor considerar estas listas como ejemplos no exhaustivos. La verdad es que cualquier habilidad que tengas es otorgada por Dios y, si la usas para el Señor, es un ministerio. La mejor manera de descubrir cómo Dios te ha diseñado es comenzar a servir y ver dónde agregas un valor particular y encuentras un sentido de realización al hacer lo que Dios te creó para hacer. Si no encuentras rápidamente tu lugar sirviendo en el cuerpo de la iglesia, no te desanimes, intenta diferentes roles para ver cuál funciona mejor para ti. De la misma manera, cuando los niños están creciendo y quieren encontrar un deporte para jugar o un pasatiempo que adoptar, prueban algunas opciones diferentes hasta que encuentran una o más con las que se apegan. Dios tiene contribuciones valiosas para que tú hagas y, a medida que el Espíritu Santo obra en ti y a través de ti, tu relación con Dios y con otros creyentes se profundizará y fortalecerá, mientras que otras personas se beneficiarán y serán bendecidas para que todos disfruten de la gracia de Dios.

Preguntas:

1. ¿Hay algo que estés haciendo con tu cuerpo que no sea “santo” y “aceptable” (por ejemplo, pecado sexual, abuso de alcohol, uso de drogas, glotonería, etc.)? ¿Cómo puedes adorar a Dios con tu cuerpo en esas áreas de tentación y prueba? ¿Qué cambios se necesitan realizar?

2. ¿Cuáles son las formas en las que tienes una lucha real por no conformarte con el patrón de este mundo– marchando con el desfile de los necios en cómo piensas y lo que haces?

3. Con toda honestidad, ¿Hay áreas de tu vida en las que eres propenso a pensar más de ti mismo de lo que deberías y necesitas elegir la humildad que no es pensar menos de ti mismo, sino pensar menos en ti mismo?

4. ¿Estás sirviendo al cuerpo de Cristo con tus dones? ¿Por qué o por qué no? ¿Cómo puedes empezar a servir si aún no lo has hecho?