Día 7: Un Joven sin disposición para la misión. 

Retroalimentando lo que ayer aprendimos, podemos decir que la misión de Dios para todo creyente es que hagamos discípulos, pero es justo y necesario que nos hagamos esta pregunta ¿Puedo hacer discípulos sin ser un discípulo? la respuesta es NO, no podemos hacer sin antes ser, en el evangelio de Marcos, un joven viene a Jesús queriendo salir de una duda, va y le pregunta ¿Qué debe hacer para heredar la vida eterna? Jesús primero le confronta con un juego de palabras ¿Por qué me llamas bueno? solo hay un bueno y ese es Dios, Jesús quería que este joven le reconociera no solo como maestro sino como Dios, pero al parecer no sucedió así. En la lectura verás que este era un joven envidiable, todas las iglesias lo quisieran tener, si lo contextualizamos un poco sería como esto. 

Yo he crecido en la iglesia toda mi vida, jamás he dicho una mala palabra, no le he robado a nadie, sirvo en tres ministerios en la iglesia voy a todos los servicios que tiene a iglesia incluso a Ekklesia (es el nombre del ministerio de Jóvenes de la iglesia Central MCA), Honro a mis padres les llevo buenas calificaciones, como diciendo Maestro yo he guardado todo lo que se me ha pedido, entonces Jesús le mira con amor, y le dice UNA cosa te falta, leerás que es lo que le pide, pero quiero hacer un énfasis en el SIGUEME. Jesús quería hacer de él un discípulo y encomendar a este joven la misión más importante que tendremos en esta tierra, pero mira como contesto este joven. 

Reflexión ¿Te identificas con este joven? ¿Será que haces todo de una manera legalista, pero si ser un discípulo de Jesús? ¿Cuál es tu respuesta hoy a Jesús cuándo te dice: ¿ESA cosa que te está deteniendo de seguirme déjala y sígueme?