Una Casa Construida Sobre La RocaSample

En este episodio, entramos en la etapa 2 de la construcción de nuestro hogar espiritual. Es hora de construir los muros. Buscar protección y seguridad para nuestra vida como discípulo.

La Palabra de Dios nos exhorta a, después de aprender a obedecer, a tomar posesión de la “Armadura de Dios”, para que a través de ella podamos fortalecer nuestra vida espiritual y prepararnos para enfrentar las batallas y escollos del enemigo. Nuestra lucha es espiritual, y no contra la carne y la sangre, que hablan de cosas humanas y racionales. La lucha que estamos enfrentando en este mundo no es contra la gente misma, sino contra los poderes del mal y los poderes de las tinieblas que operan en este mundo y en todos los campos de la vida del hombre. Por eso necesitamos, en primer lugar, aprender la lección de la obediencia, sin la cual no tendremos acceso a la “Armadura de Dios”.

Cuando hablamos de obediencia, no podemos dejar de mencionar al rey David y la forma en que construyó su vida, su casa, su reino, para el honor y la gloria de Dios.

El apóstol Pablo habla de la armadura que reviste la vida espiritual del creyente:

1. LOMOS CEÑIDOS CON LA VERDAD – Necesitamos estar revestidos de la verdad, hablando y caminando en la verdad, porque nos protege de los ataques sorpresivos, las trampas y las acusaciones del enemigo, que es el padre de la mentira (Juan 8:44).

2. VESTIDOS CON LA CORAZA DE JUSTICIA – La coraza servía para proteger el corazón del soldado de las flechas del enemigo en el momento de la batalla. El corazón del hombre es engañoso e injusto por naturaleza (Proverbios 4:23). Por lo tanto, nuestros corazones están protegidos contra sentimientos e intenciones injustos y preservados de todo mal.

3. CALZADO LOS PIES CON EL APRESTO DEL EVANGELIO – Caminar según el Evangelio nos libera del tropiezo y de los caminos tortuosos y espinosos de este mundo. También es el Poder de Dios en nuestras vidas para que podamos superar todo peligro (como vemos en Romanos 1:16 y 17), caminar en la luz y ver lo que nos espera (como dice el Salmo 119:105).

4. TOMAD EL ESCUDO DE LA FE – La fe es nuestra protección y nuestra victoria contra el mundo (1 Juan 5:4), que es un sistema contrario a la voluntad de Dios y una vida de fe. El enemigo siempre usa las circunstancias y las cosas visibles de este mundo para tratar de hacernos caer, pero la Palabra nos enseña a no mirar estas cosas, sino mirar hacia arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios (Colosenses 3:1).

5. TOMAD EL YELMO DE LA SALVACIÓN – El propósito de la Escritura es hacernos conscientes de nuestra salvación (1 Juan 5:13), como uno de los dardos del enemigo es tratar de convencernos de lo contrario, sembrando dudas y desconfianza de nuestra posición en Jesús (vemos esto en II Tesalonicenses 2: 1 y 2). La cabeza es uno de los puntos más vulnerables de nuestro cuerpo, por lo que en la batalla necesita estar bien protegida contra todo peligro. Nuestra conciencia de que somos salvados por Jesús es esencial para que nuestra salvación funcione todos los días.

6. ESPADA DEL ESPÍRITU, QUE ES LA PALABRA DE DIOS – Todo soldado debe saber cómo usar bien su espada, y también debe soportar su peso en la lucha, de lo contrario su vida corre peligro (dice II Timoteo 2:15). La espada es un arma de ataque y defensa (dice Hebreos 4:12, 13) y nos da seguridad en la batalla y al caminar.