La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2021Sample

Conoce a tu donante de sangre
Un joven fue herido en la Primera Guerra Mundial y el médico que vino a tratarlo dijo: «Lo siento, pero ha perdido el brazo». El joven soldado contestó: «Doctor, no lo perdí. Lo di».
Jesús vino «para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10:45). En la última cena, cuando Jesús tomó la copa, dijo: «Esta es mi sangre del pacto» (Mateo 26:28, Marcos 14:24). La «preciosa sangre de Cristo» (1 Pedro 1:19) es resaltada a lo largo de todo el Nuevo Testamento:
- Hace posible el perdón de los pecados (Colosenses 1:14)
- Nos purifica de todo pecado (1 Juan 1:7)
- Por medio de ella, nos acercamos a Dios (Efesios 2:13)
- Trae paz y reconciliación con Dios (Colosenses 1:20)
- Da vida a aquellos que la beben (Juan 6:53)
- Es el medio por el cual vences a Satanás (Apocalipsis 12:11).
En los pasajes de hoy vemos diferentes aspectos de lo que todo esto significa.
Proverbios 27:5-14
1. El acto de amistad supremo
Es un privilegio tener buenos amigos, pero el mayor privilegio de todos es la amistad de Jesús. Te llama su amigo y ha derramado su sangre como acto supremo de amistad. Jesús dijo: «Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos» (Juan 15:13).
Esta sección de Proverbios tiene que ver con la importancia de la amistad: «Más vale vecino cercano que hermano lejano» (Proverbios 27:10, DHH). El consejo de un amigo es una gran bendición: «Para alegrar el corazón, buenos perfumes; para endulzar el alma, un consejo de amigos» (v.9, DHH). La lealtad a tus amigos es muy importante: «No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre» (v.10).
Un buen amigo no solo dirá cosas buenas: «Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto» (v.5). El escritor de Proverbios continúa diciendo: «Las heridas de un amigo sincero son mejores» (v.6, NTV). La verdadera amistad implica más que dar la aprobación sin cuestionar. Estoy muy agradecido con aquellos buenos amigos que me han confrontado con verdades dolorosas de vez en cuando, siempre por amor, con gran sensibilidad y delicadeza.
Las «heridas» se usan aquí figuradamente, en el sentido de causar dolor emocional o tristeza a un amigo por su bien y por amor. Sin embargo, a la luz del tema de hoy no puedo dejar de pensar que «herir», en la comprensión literal de la palabra, significa «derramamiento de sangre». En el caso de Jesús, no derramó nuestra sangre, sino la suya: «… él fue herido por nuestras transgresiones» (Isaías 53:5, RVA-2015). Su sangre fue derramada por ti en el acto de amistad supremo.
Señor, muchas gracias por los amigos y, sobre todo, por Tu gran amistad. Gracias por estar dispuesto a dar tu vida y derramar tu sangre por mí.
Hebreos 9:1-15
2. Una conciencia limpia
«Muchas veces la mayoría de las personas tienen algo que les pesa en sus corazones, algo que han hecho o han dicho y que desearían no sentirlo, algo que los persigue y que les genera miedo de ser descubiertos» —escribe el Obispo Tom Wright—. «Qué maravilloso es saber que el sacrificio de Jesús y la sangre rociada que resulta del mismo tienen el poder (cuando los aceptamos en fe y confianza) para lavar toda mancha en la conciencia de forma que podamos llegar a Dios sin que ninguna sombra empañe nuestra relación».
El escritor del libro de Hebreos explica cómo bajo el antiguo pacto, solamente el sumo sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo «solo una vez al año (el día de la expiación), provisto siempre de sangre» (v.7). La sangre de un sacrificio representaba la vida del animal que había sido sacrificado («la vida del cuerpo está en la sangre», Levítico 17:11). La vida del animal era dada a cambio de la vida de la persona que hacía el sacrificio.
A los sacerdotes no se les permitía entrar al Lugar Santísimo; su trabajo se hacía en la primera parte del tabernáculo. Así, el camino hacia la sala del trono de Dios estaba prohibido para todos —incluso al propio sumo sacerdote— y la única excepción era en la celebración anual.
Cuando el sumo sacerdote recibía permiso para entrar, su entrada era salvaguardada por la sangre del sacrificio. Sin embargo, aquella sangre del sacrificio no era totalmente eficaz. Cada año se tenía que derramar sangre fresca y se hacía una entrada nueva en el Santo de los Santos (Sanctasanctórum). Además, aunque hubieran podido llevar a cabo la purificación externa (Hebreos 9:13), no podían limpiar «la conciencia de los que celebran ese culto» (v.9).
En realidad, era solo una ilustración (v.9), «una parábola visible [...] un arreglo temporal hasta que se pudiera hacer el cambio completo» (vv.8-10, MSG). Aquello apuntaba más allá de sí mismo y se cumplió por medio de la sangre de Cristo.
Cuando Jesús vino, «Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre» (v.11, NTV). Haciendo aquello «reunió a Dios y a su pueblo de esta nueva manera» (v.17, MSG).
¿Qué significa esto?
- Estás limpio por dentro y por fuera
Jesús hace posible que tu conciencia sea purificada: «La sangre de Cristo limpia toda nuestra vida, por dentro y por fuera [...] a través del Espíritu» (v.14, MSG).
- Has sido liberado
«Cristo se ofreció a sí mismo como un sacrificio sin mancha, liberándonos de todos esos esfuerzos baldíos por hacernos respetables, para que podamos vivir del todo para Dios» (v.15, MSG).
El Espíritu Santo y la sangre de Cristo van juntos. Joyce Meyer escribe: «El Espíritu no podía ser derramado el día de Pentecostés hasta que la sangre no fuera derramada en la cruz del Calvario».
Señor Jesús, gracias porque haces posible que tenga la conciencia limpia y que viva del todo para Dios. Gracias por haber pagado el precio del rescate y liberarme al derramar tu sangre por mí.
Ezequiel 16:1-63
3. Fortunas restauradas
Dios te ama. Todo lo que Dios hace emana de Su amor por ti. En esta alegoría profética, el amor de Dios por Su pueblo es descrito como el de un esposo para su esposa: «Cuando volví a pasar, vi que ya tenías edad para el amor. Entonces te envolví con mi manto para cubrir tu desnudez y te pronuncié mis votos matrimoniales» (v.8, NTV).
La bendición del Señor implica limpieza (v.9), vestir ropa con lino y seda (v.10), una oferta de belleza (vv.11-13), alimento para satisfacer (v.13), fama (v.14) y esplendor (v.14).
Las trágicas palabras que siguen pueden aplicarse a nosotros como individuos o como nación: «Pero» (v.15, NTV). A pesar de todo lo que Dios había hecho, se desviaron y lo rechazaron. En su lugar confiaron en su belleza y usaron su fama de una manera infiel (v.15).
El pecado comienza a menudo con incredulidad, confiando en algo que no es el Señor. Esto conduce a la idolatría: adorar algo distinto del Señor, y luego lleva a multiplicar el pecado (v.26), a menudo por nuestra débil voluntad (v.30).
Los resultados del pecado son la insatisfacción (vv.28-29) y el juicio de Dios (vv.30-34). Jerusalén ha sido como una esposa infiel, sirviendo ídolos y dándoles «la sangre de [sus] hijos» (v.36). Su propia sangre será derramada porque ha hecho derramar sangre (v.38). La palabra «sangre» aparece cuatro veces en este pasaje (vv.6,9,22,36).
Compara su pecado con el pecado de Sodoma. De lo que habla no son los pecados sexuales normalmente asociados con Sodoma; más bien, escribe: «… pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente. Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes» (vv.49-50).
Estos son los pecados comunes de cualquier sociedad próspera: la arrogancia, el comer en exceso y la falta de preocupación por los pobres y necesitados. Cuando la gente no tiene necesidades, frecuentemente se aleja de Dios. Su peor pecado fue no ayudar a los pobres y necesitados.
Sin embargo, a pesar de todo esto, Dios promete restaurar las fortunas de Sodoma y las fortunas de su pueblo (v.53), promete un pacto eterno (v.60), promete que hará la expiación (v.63, RVA-2015).
Esta palabra «expiación» también se encuentra en el pasaje de hoy de Hebreos, que habla del «lugar de la expiación» en el arca del pacto, un símbolo de la misericordia de Dios (Hebreos 9:5). La expiación apunta a la necesidad de que se haga algo para lavar tus pecados y nos habla de dos grandes realidades.
Primero, la realidad y la seriedad de la reacción de Dios contra el pecado. Segundo, la realidad y la grandeza de Su amor, que proveyó el sacrificio a través de la sangre de Jesús. San Pablo escribió: «… el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí» (Gálatas 2:20). Es así de personal. Su sangre fue dada para ti. Él cargó tus pecados, murió tu muerte. Su sangre expió mi pecado y tu pecado. Él es tu donante de sangre.
Gracias, Señor, porque en tu gran amor, derramas tu sangre. Gracias porque hoy puedo saber que soy amado, perdonado y vivo con la conciencia tranquila.
Pippa Adds
Pippa añade
Hebreos 9:7
«... los pecados de ignorancia cometidos por el pueblo».
Estoy segura de que he cometido muchos de esos pecados por ignorancia, ¡así como muchos otros de los que soy consciente!
References
Notas:
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea.
Joyce Meyer, La Biblia de la vida diaria, (Casa Creación, 2013)
Roy Clements, Introducing Jesus, (Kingsway Publications, 1992). Se parafrasea
Tom Wright, Hebrews for Everyone, (SPCK Publishing, 2003) p.116. No está en español.
Joyce Meyer, The Everyday Life Bible, (Faithwords, 2006) p. 2045
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)
Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.
Notes
In the First World War, a young man had been wounded. The medic who came to treat him said, ‘I’m sorry but you’ve lost your arm’. The young solider replied, ‘Doctor, I didn’t lose it. I gave it.’ (From Introducing Jesus by Roy Clements – quote card).
Joyce Meyer, The Everyday Life Bible, ‘The Spirit could not be poured out on the Day of Pentecost until the blood was poured out on the cross of Calvary’ pg. 2045
Tom Wright reference is Hebrews for Everyone, p.116.
About this Plan

Este plan lleva a los lectores a través de todas las Escrituras en un año, incluyendo el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y un Salmo o Proverbio cada día. Combinado con un comentario diario de Nicky y Pippa Gumbel, este plan nos guía a conectarnos más estrechamente con la Palabra de Dios y nos alienta no solo a aplicar las enseñanzas de las Escrituras a nuestra vida diaria, sino también a profundizar en nuestra relación con Jesús.
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