Ningún otro Dios 

En sus marcas:

"No tengas otros dioses además de mí. " -Éxodo 20:3

Listos:

Por gran parte de mi vida, me incliné a los pies de dioses hechos de oro, plata y bronce. 

Hice mi enfoque para ser un Atleta Olímpico. Iba a ganar, y me deleitaría en la fama y la celebridad que esto traería. En 2004, me clasifiqué para los Juegos Olímpicos de Beijing. Era un sueño hecho realidad. 

Excepto que era más una pesadilla.

Casi arruinó mi vida. Mi compañero de buceo sincronizado y yo no logramos llegar al podio al principio de los Juegos Olímpicos de Beijing, y eso fue un golpe de realidad. 

Decidí invertir todo en mi evento individual unos días después. 

En lugar de medallas, terminé 10º. Pensé que había decepcionado a mi equipo, a mis padres y a todos los que habían invertido en mí. Me sentí como un completo y absoluto fracaso. Eso es lo que sucede cuando tu dios te traiciona. Los Juegos Olímpicos no me proporcionaron ninguna alegría o la felicidad que pensé que iban a traer. 

Decidí empezar de nuevo en la Universidad de Purdue. Desde que la gente sabía que era un Atleta Olímpico,  era una oportunidad para obtener la fama y la gloria que anhelaba. Esa satisfacción fue fugaz, y la vida comenzó a tener cada vez menos sentido. Mi vida estaba en caos.

Fui con mi entrenador en busca de una solución rápida. En cambio, el me presentó a Jesús. En las semanas venideras, comencé a aprender más sobre la Biblia, sobre Cristo y quién era Él. Ahí fue cuando mi vida se transformó totalmente. Me di cuenta de que Dios me había dado esta habilidad y plataforma por una razón específica: para darle gloria.

En 2012, una vez más llegué al equipo olímpico. Esta vez, fui a Londres buscando desesperadamente honrar al Señor. Gané una medalla de oro. Eso no quiere decir que Dios siempre nos dará lo que queremos si lo hacemos la prioridad en nuestras vidas. En realidad, quiere decir que Dios es un Padre misericordioso y amoroso que hace cosas buenas para Sus hijos y Su pueblo.

Cuando yo estaba persiguiendo desesperadamente todo lo que no era Dios, Él me amó y me persiguió de todos modos. Ahora Él ha dado a mi vida un nuevo significado y propósito, y un corazón que quiere conocerlo y darlo a conocer. La plataforma que me ha dado para hacer esto es el buceo. Espero defender mi medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero lo que es evidente para mi ahora, es que Él es el único que puede salvar y el único Dios.

Fuera:

• ¿Cuáles son los "dioses" que estás poniendo primero en tu vida ante Dios? 

• ¿Cómo puedes pedirle a Dios que satisfaga completamente tu corazón? 

• Enumera tres maneras en que puedes dar tu todo para Su gloria. 

por David Boudia