Dios Pelea Por TíSample

PABLO Y SILAS

Tal vez hayas escuchado el refrán: “estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado”. Por supuesto que las decisiones que se toman sin cuidado pueden tener un efecto dominó con resultados indeseados. Pero, ¿sabías que Dios puede posicionarnos en situaciones comprometedoras para glorificarse y para enseñarnos una lección? No hay prueba que Dios no pueda convertir en un testimonio. Como evidencia, le presentamos la liberación de la cárcel de dos fieles apóstoles.

En Hechos 16, encontramos a Pablo y Silas anunciando las buenas nuevas a las naciones. Viajaban de ciudad en ciudad, realizando milagros en el nombre de Jesús, el Mesías. Durante uno de sus viajes misioneros fueron acosados por una joven que tenía el espíritu de adivinación. Pablo se molestó y decidió reprender el espíritu que estaba dentro de ella. Esto causó gran enojo a sus amos, quienes obtenían grandes ganancias con las predicciones que ella realizaba. Sus amos decidieron apoderarse de Pablo y Silas, arrastrarlos fuera del mercado y entregarlos a las autoridades.

Después de ser acusados de perturbar la ciudad, estos apóstoles fueron golpeados, maltratados sin misericordia y fueron encarcelados. Ahí estaban, con grilletes dentro de unas paredes de máxima seguridad. ¡Lo que pasó luego fue una muestra sobrenatural de las manos libertadoras del Todopoderoso! No hay cadenas que puedan detener el poder de Su gracia salvadora.

El reloj marca las doce de la medianoche y los presos servidores de Dios podían ser escuchados por los otros compañeros. Es un sonido peculiar, algo que no acostumbraba a ser escuchado a esa hora. Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos al Eterno cuando de repente sus pies encadenados sintieron algo retumbando debajo de ellos. Un terremoto estremeció la prisión, sacudiendo sus cimientos, abrió las puertas, soltando a todos los prisioneros encadenados.

El guardián de la prisión despertó y, atemorizado de las autoridades romanas, casi se suicida por fallar en mantener todo en orden. Pablo lo detuvo y aprovecha la oportunidad para compartir el mensaje de salvación. ¡El guardián y su casa creyeron y fueron bautizados aquella misma noche!

Nada confunde más al enemigo que las alabanzas de un creyente. Dios no nos ha llamado a ser cristianos condicionados a apagarse por circunstancias adversas. Vuélvete a Dios en tiempos de necesidad. La libertad está a la mano.