Un Día a la vezSample
Siempre aprendemos del pasado
Cuando me pongo a pensar en mi vida antes de Cristo, reflexiono en lo mismo: ¡Qué lástima que no lo conocí antes! ¡De cuántas cosas me hubiera guardado! Sobre todo, analizo mi juventud. A pesar de que fui una chica sana y de que nunca tuve experiencias con las drogas, Dios me guardó de no cometer muchas locuras. Sin embargo, fui muy inquieta en lo emocional y terminé casándome sin estar enamorada siquiera.
A los veintiún años, ya tenía entre mis brazos a mi primera princesa, Naty. Aunque fue una bendición, cambió mi vida por completo. Dejé muchas cosas de mi juventud sin concluir y estudios sin terminar. De una manera drástica, empecé una vida llena de responsabilidades. Todos estos ajustes coincidieron con mi llegada a los Estados Unidos con una bebé de cuatro meses, un país extraño y sin saber el idioma. Con todo, aprendí mucho y, lo más importante, maduré.
Quizá tú estás leyendo esta pequeña historia y recuerdas lo que vives hoy. Quiero que sepas que Dios te permite vivir cada experiencia para enseñarte muchas cosas y para que aprendamos a verlo en cada circunstancia de nuestra vida. Recuerda que Dios te ayuda en todo momento... ¡si tú se lo permites!
Cuando me pongo a pensar en mi vida antes de Cristo, reflexiono en lo mismo: ¡Qué lástima que no lo conocí antes! ¡De cuántas cosas me hubiera guardado! Sobre todo, analizo mi juventud. A pesar de que fui una chica sana y de que nunca tuve experiencias con las drogas, Dios me guardó de no cometer muchas locuras. Sin embargo, fui muy inquieta en lo emocional y terminé casándome sin estar enamorada siquiera.
A los veintiún años, ya tenía entre mis brazos a mi primera princesa, Naty. Aunque fue una bendición, cambió mi vida por completo. Dejé muchas cosas de mi juventud sin concluir y estudios sin terminar. De una manera drástica, empecé una vida llena de responsabilidades. Todos estos ajustes coincidieron con mi llegada a los Estados Unidos con una bebé de cuatro meses, un país extraño y sin saber el idioma. Con todo, aprendí mucho y, lo más importante, maduré.
Quizá tú estás leyendo esta pequeña historia y recuerdas lo que vives hoy. Quiero que sepas que Dios te permite vivir cada experiencia para enseñarte muchas cosas y para que aprendamos a verlo en cada circunstancia de nuestra vida. Recuerda que Dios te ayuda en todo momento... ¡si tú se lo permites!
Scripture
About this Plan
Un día a la vez nos habla de la esperanza que encontramos en Dios y nos muestra su voluntad. Nos conduce por el camino del perdón hacia nuestra libertad, nuestro futuro y nuestra victoria por medio del Señor Jesucristo.
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