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VAPOR vs LANZAS

El significado del nombre Abel en hebreo se acerca a “vapor” o “debilidad”; y el de su hermano Caín al significado de “constructor” o “el que construyó su propia lanza.” Es interesante pensar en esto, ya que la intención del autor al contar esta historia, podría mostrarnos que Caín y Abel representan dos maneras de vivir o de construir sociedades.

En la historia vemos que uno de ellos presenta a Dios el fruto de sus cosechas, mientras que el otro presenta uno de sus animales. Uno es agricultor y el otro pastor de ovejas. Varios años después, en el tiempo en que se escribió esta historia, existían sociedades enteras construidas a base de la agricultura, del poder y de la “construcción de lanzas” para destruir las naciones hermanas que podían ser una amenaza.

Según esta lógica, Caín viene a representar la fuerza, el poder y la superioridad desmedida en el ser humano. Por el contrario, la manera de vivir de Abel era basada en lo simple. Él estaba consciente de su debilidad y como lo dice el mismo significado de su nombre, era casi invisible para su hermano, como lo es el “vapor.”

El momento en que Dios ve la ofrenda de Abel por sobre la de su hermano, podríamos entenderlo como un llamado para que Caín también la mire. Para que no pase por alto a su hermano. Pero Caín en lugar de eso, no soportando eso, lo termina asesinando.

La muerte de Abel evidenció una actitud humana que está muy presente en la sociedad actual: La individualidad, la búsqueda de poder, el construir lanzas de odio en contra de nuestros semejantes, y sin duda estos son comportamientos que siguen destruyendo vidas. Por esta razón, la muerte de Abel aún hoy habla, invitándonos a vivir una vida basada, no en nuestra autosuficiencia, sino en nuestra necesidad y OBEDIENCIA de Dios; ya que Él es fuerza y nosotros solo somos vapor.

Quizás en algunos aspectos hemos vivido tú y yo la vida de Caín, ignorando al débil, y pensando solo en nosotros. El llamado que hoy queremos hacerte es a vivir la vida de Abel en un mundo lleno de Caín. Y aunque a veces sientas la presión de sus lanzas, sigue adelante, ya que es en la debilidad en donde el poder de Dios se perfecciona y puede nacer allí una verdadera revolución que construya puentes de amor y no lanzas de destrucción.

¡Nos vemos mañana para descubrir otra enseñanza! Bendiciones.

Conexión Cielo

Ilustración: Oscar Campo