Trabajar con Dios

El próximo hábito que nos ayuda a ser más como Cristo es el hábito de trabajar con Dios. Muchos no pensamos que podríamos trabajar con Dios. La realidad es que Dios llama a sus hijos a trabajar con Él. Cuando trabajamos con nuestro Padre, llegamos a ser más como Cristo.

Más que sólo asistir y recibir

Es natural pensar que la vida como seguidor de Jesús es una vida de asistir (a reuniones, estudios y eventos de la iglesia) y recibir (de estos eventos y de la iglesia). No obstante, ser hijo de Dios y ser parte de su familia, la iglesia, significa más que sólo asistir y recibir. Dios nos hizo para un gran propósito, y su deseo es que cada uno de sus hijos e hijas viva una vida de mucho propósito e impacto eterno. No cumplimos este gran propósito cuando reducimos la vida cristiana a una vida de sólo asistir y recibir.

Idea grande: Dios nos salvó para que trabajemos con Él

Una de las razones por las que Dios nos salvó es para darnos un propósito. El hijo de Dios tiene, junto con su salvación, un nuevo propósito que debe ser lo más importante en tu vida. Este nuevo propósito es trabajar con Dios. Nos salva completamente por su gracia; pero nos salva, en parte, para que trabajemos con Él. 

¿Cuál es el trabajo que Dios quiere que hagamos con Él? La gran tarea que Jesús da a todos sus seguidores es que hagan otros seguidores. Dios busca su gloria en toda su creación, y Jesús glorifica a su Padre por traer su Reino y reconciliarnos con nuestro Creador. Gran parte de seguir a Jesús es trabajar con Él en esta obra.

¿Cómo trabajamos con Dios?

Trabajamos con Dios ayudando a otros a reconciliarse con Dios, seguir a Cristo y levantar su Reino aquí. Nuestro mensaje es el Evangelio: que en Jesús, Dios rescata y perdona a personas rebeldes, y los adopta como sus hijos; que al tomar la decisión de entregarse a Él y seguir a Jesús arrepintiéndose y bautizándose, todos pueden llegar a ser hijos de Dios.

Hay muchas tareas y trabajos particulares que los seguidores de Jesús hacen en colaboración con su Señor:

• Cultivamos amistades con personas de afuera.
• Oramos por otras personas. 
• Guiamos con la Palabra de Dios a nuestros hermanos (uno a uno y en grupos).
• Estudiamos con no-cristianos.
• Vivimos dando un buen testimonio a los de afuera.
• Abrimos nuestros hogares a los demás.
• Estudiamos y guiamos.
• Plantamos iglesias.
• Servimos en nuestra iglesia.
• Escribimos libros, sermones y estudios.
• Visitamos a los enfermos.
• Somos generosos con los que tienen necesidad.

Jesús espera que sus seguidores se dediquen a su trabajo, a su Reino, y que trabajen más y más en su obra para levantar su iglesia y proclamar su Evangelio. Él está obrando en este mundo, y cuando trabajamos así, colaboramos con nuestro Señor y llegamos a ser más y más como Él.

¿Cuál es el próximo paso que tú puedes dar para trabajar más con Jesús?

• ¿Cómo puedes trabajar más en tu iglesia?
• ¿Cómo puedes proclamar el Evangelio a las personas en tu vida que están lejos de Dios?
• ¿Cómo puedes guiar a otros cristianos en su caminar con Jesús?